LOS ÁNGELES, California.- Frente a la plaza comercial más visitada en el Este de Los Ángeles, California, Juana Iturbide, quien se gana la vida cuidando ancianos, espera pacientemente el autobús que la lleva de regreso a casa. Estar en esa parada del bus, sin un límite específico, es parte de su jornada.
¿No te gusta esperar por el autobús? Estas son las paradas de Los Ángeles que tienen más retrasos
Un estudio interactivo expone que la plaza Commerce Center, en el Este de Los Ángeles, es donde los viajeros, principalmente hispanos, sufren más demoras en el condado.


“Todas las tardes aquí me tiene, espere y espere hasta que se digne en llegar el bus”, dice Iturbide, nacida en Jalisco hace 50 años. Ese parsimonioso vehículo –como lo describe ella- de la ruta 720, que viaja hacia Santa Mónica, en el oeste, parte de la plaza Commerce Center, considerada por un estudio como el lugar más problemático del transporte público en el condado de Los Ángeles.
Quienes ahí abordan distintas rutas de autobuses experimentan retrasos que en promedio superan los ocho minutos y que alcanzan su peor momento durante las tardes, de lunes a viernes, según el trabajo elaborado por las escuelas Annenberg y Viterbi de la Universidad del Sur de California (USC), que se publicará durante las próximas semanas y al que ha tenido acceso de forma adelantada Univision 34 Los Ángeles.
El proyecto de USC, llamado 'Crosstown Traffic' está siendo elaborado por estudiantes de Periodismo e Ingeniería con datos de la Agencia Metropolitana de Transporte del condado de Los Ángeles (Metro) y tiene como objetivo presentar de una forma visual la situación del transporte en el condado a lo largo de los años, tanto en lo que se refiere a autopistas, como accidentes y servicio de autobuses.
En lo que se refiere al transporte público, 'Crosstown Traffic' ordena las paradas y las rutas en función a su falta de puntualidad. También permite ver cómo se va complicando la circulación según pasan las horas del día y la semana se aproxima al viernes.
“Sí, le creo, yo he estado en esta banca hasta por más de 40 minutos”, afirma Pedro Ortiz, un cocinero al que le gustaría llegar a su trabajo en su auto, pero prefiere obtener antes una licencia de manejo para no meterse en líos con la justicia. “Con esto de las redadas de migración me puede parar la policía y me pueden mandar a mi pueblo”, señala refiriéndose a una penosa deportación.
En teoría los buses de la ruta 720 avanzan son más rápidos que los regulares, porque son parte del sistema metro rapid, que establece menos paradas en su recorrido (la distancia entre cada parada es de alrededor de una milla). Si el tránsito vehicular se lo permite, la velocidad de esta variante de 'metro-buses' puede ser similar a la de los autos.
“El problema es que llegue, ya después nos vamos a prisa”, explica a bordo del bus Hermenegilda García, quien había llevado a su hijo Johnny, diagnosticado con síndrome de Down, a una terapia. “Para mí es bueno el camión, pero a veces sí se tarda”, contó entre el vaivén del vehículo.
Culpan al tráfico
Nadie está exento del tráfico en Los Ángeles, menos los autobuses. En esta metrópoli, el conductor promedio perdió 104 horas en el congestionamiento automotor en 2016, lo cual le representó una pérdida de 2,400 dólares en costo de combustible y productividad. Este es el peor nivel, según una comparación entre más de mil ciudades del mundo que realizó la firma INRIX.
José Ubaldo, vocero de Metro, culpa al tráfico y a otros factores del retraso de los buses en el Este de Los Ángeles y otros sectores “Muchas veces los autobuses llegan tarde por el tráfico, por accidentes”, dijo el portavoz.
Ubaldo afirmó que la dependencia está pendiente de las necesidades de los pasajeros. “Se mandan más buses especialmente en las horas pico en los lugares donde las líneas tienen más demanda”, agregó.
Metro no tiene reportes específicos sobre los retrasos de cada línea, aunque celebra que, en general, el 72.4% de sus buses llega puntualmente a cada parada. La agencia estudia agilizar los recorridos reduciendo la cantidad de paradas y habilitando que todas las puertas de los buses abran en cada estación, para apresurar el ascenso y descenso de usuarios.
“La idea es prestar un mejor servicio”, dijo Ubaldo.
Menos pasajeros
En años recientes, el sistema angelino de autobuses ha registrado un descenso de usuarios, un problema que experimentan otras urbes de Estados Unidos. Según cifras oficiales, en febrero de 2017 registró 21.6 millones de abordajes, esto es 5 millones menos que en febrero del año anterior y 6 millones menos que en febrero de 2015.
La preocupación del Sindicato de Pasajeros (BRU) es que los autobuses, utilizados mayormente por latinos (65%), no están en la primera línea en los planes de inversión gubernamental. Y es que de los 121,000 millones de dólares que se planean recaudar durante las próximas décadas gracias a la aprobación en las urnas de la Medida M en noviembre, los proyectos más grandes contemplan extender las líneas de trenes ligeros.
“La matemática no es difícil, si ofreces menos servicio y el costo es más alto, la gente no lo va a usar”, dijo Manuel Criollo, dirigente del BRU, refiriéndose a una reducción de un millón de horas de servicio en los buses del condado (según cálculos de la organización) y al incremento del costo del pasaje. En diez años, el precio del pase mensual subió de 52 a 100 dólares.
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Criollo resalta que solo la línea 720 sufrió un recorte del 30% en la cantidad de viajes. “El presupuesto de la agencia (Metro) ha subido, pero el servicio es cada vez menos”, agregó.
Metro, por su parte, atribuye el descenso de pasajeros a la disminución del costo del combustible.
Todos los días, Mario Pérez, de 29 años, espera el autobús de la ruta 18, que también pasa por la plaza Commerce Center del Este de Los Ángeles. La línea 18 es considerada la sexta con más retrasos, según el análisis de USC.
“He esperado más de 30 minutos”, aseguró Pérez, quien trabaja en un restaurante de comida mexicana. “Y a veces pasan de largo, creo que para no llegar tarde a la siguiente parada”.



