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La sed del cannabis y 9 cosas que no sabías de esta hierba
¿Qué sabemos de la planta de la marihuana? Después de todo es una planta, y como tal, tiene sus curiosidades naturales. Aquí compartimos algunas.
Lo que conocemos como Cannabis es en realidad un género de plantas de la familia Cannabaceae. Aunque no hay certeza del número total de especies dentro de este grupo, se conocen principalmente tres especies, que son C. sativa, C. indica y C. ruderalis. Algunos consideran que las tres son subespecies de una única sativa.
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Se cree que las tres especies son originarias de Asia central, al noroeste del Himalaya, extendiéndose hasta el subcontinente indio.
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Conocida más popularmente por el uso recreacional o medicinal de la sustancia THC que produce, esta planta también se usa, y ha sido utilizada tradicionalmente, por su resistente fibra, denominada cáñamo, para la manufactura textil.
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La planta es dioica (que significa ‘dos casas’ en latín): o sea que tiene plantas macho y plantas hembra. Estas se tienen que cruzar para reproducirse. Aunque existen excepciones de plantas que tienen ambas partes en la misma planta, generalmente se encuentran en plantas separadas.
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También es una angiosperma (que produce flores) de hojas compuestas. Eso significa que en la naturaleza se poliniza a través del viento.
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Gracias a la forma tan peculiar de su hoja es una planta fácil de reconocer. Sus hojuelas (sub-partes que componen la hoja) tienen bordes serrados. Estas características la identifican mundialmente. Su hoja es utilizada prácticamente como un ícono o símbolo.
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Es verdad que existen otras plantas con hojas similares a la marihuana. Sin embargo existe una forma muy sencilla que emplean los expertos para identificar si una planta es cannabis o no y tampoco requiere estudios genéticos ni equipos especializados.
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Los que saben, pueden ‘leer’ la venación de las hojas y diferenciarlas de cualquier otra planta de forma irrevocable, ya que las venas de estas se ramifican de una forma muy peculiar cuyo patrón no se repite en otras especies que se le asemejen.
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En la naturaleza, esta planta crece naturalmente en ambientes tropicales muy altos en humedad y se le considera una planta ‘sedienta’ ya que su crecimiento consume mucha agua.
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En su hábitat natural, su alta demanda de luz y agua no son un inconveniente, ya que ambos abundan allí. Pero cuando los humanos optan por producirla en sitios ajenos a los óptimos de crecimiento, genera un gran impacto en el bolsillo de sus productores como sobre el medio ambiente.
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Por ejemplo, se calcula que crecer una sola planta de estas requiere aproximadamente 6 galones de agua por día, el doble de lo que requiere una vid (o planta de uvas). Esto es un problema si se intenta cultivar en un sitio que sufre sequías como California.
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