“Me robaron 40 días de vida”: el calvario de Roberto Guzmán dentro del centro migratorio de Adelanto

Roberto Guzmán, inmigrante sin historial criminal, fue arrestado por ICE y enviado al centro de Adelanto, donde vivió 40 días sin acceso a higiene, comida digna ni derechos básicos.

Video Hispano pasa 40 días en el centro de detención de Adelanto: cuenta lo que padeció

En el corazón del desierto de California, donde el calor es abrasador y el paisaje parece olvidado por la justicia, Roberto Guzmán vivió lo que él mismo describe como un “infierno en la tierra”.

El hombre, inmigrante con más de 30 años en Estados Unidos, fue detenido por agentes de inmigración en mayo y trasladado al Centro de Detención Migratoria de Adelanto, una cárcel privada al norte de Los Ángeles conocida por múltiples denuncias de abuso y negligencia.

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“Es horrible. Mis hijos lloraban. Mi familia estaba muy triste. Me robaron 40 días de vida”, dijo Roberto, con voz entrecortada al recordar los momentos más difíciles.

No tiene antecedentes penales. Durante años vivió en situación de calle hasta levantar su propio negocio y convertirse en un referente solidario en Santa Ana Cruz, donde ofrecía alimentos y ayuda a familias migrantes. Nada de eso impidió su arresto.

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“Ellos están agarrando a gente inocente. Nuestro delito es querer trabajar para nuestra familia”, denunció.

Dentro del centro de detención, vivió durante 40 días con la misma ropa, sin acceso regular a duchas ni productos básicos de higiene. “Nos tienen en la podredumbre. Los baños están asquerosos y la comida es inhumana”, denunció.

Asegura que los internos son forzados a trabajar por apenas un dólar al día para realizar tareas de limpieza, mientras se les cobra hasta 60 centavos por sobres de azúcar. “ Es un negocio con el dolor de la gente”, afirma.

El sufrimiento se extiende a toda la familia

Mientras Roberto luchaba por sobrevivir en condiciones precarias, su familia sufría desde afuera. Sus hijas, Pamela y Miranda Guzmán, relataron que no podían dormir, lloraban a diario y temían no volver a verlo.

“Los niños de mi edad no deberían pasar por esto”, dijo Miranda, entre lágrimas.

Pero la comunidad que él alguna vez apoyó no lo olvidó. Decenas de cartas, mensajes en redes y el respaldo de organizaciones civiles comenzaron a llegar. Incluso el supervisor del condado de Orange, Vicente Sarmiento, escribió una carta en su defensa.

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“Roberto representa a miles de personas que vinieron a este país con sueños y que, como él, los han realizado con trabajo y honestidad”, expresó.

Gracias al esfuerzo colectivo y la intervención de la abogada María Luz Hernández, Roberto fue liberado en apenas una semana tras la reactivación de su defensa legal.

“Él es un ángel, tanto dentro como fuera de la cárcel. Su libertad fue un triunfo de toda la comunidad”, señaló Hernández.

Luchar por los que siguen detenidos

Aunque ahora goza de libertad, Roberto asegura que su compromiso no ha terminado. Lleva en su corazón a quienes dejó en Adelanto: “A Manuel, Antonello, José Antonio, Jorge… les prometí que sería su voz, que los iba a sacar a todos. Estoy trabajando por ellos”, afirmó.

Su historia es un reflejo de las condiciones que muchos inmigrantes viven en centros de detención migratoria en Estados Unidos. Y también es una advertencia: el sistema puede atrapar a cualquiera, incluso a quienes han hecho todo bien.

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