LOS ÁNGELES, California.- El Fiscal George Gascón entregó este XXX DÍA la solicitud para revisar la sentencia de Lyle y Erik Menéndez, con lo que da inicio a un proceso que podría llevarlos a obtener la libertad condicional, sin embargo, esto podría tomar años y será un juez el que decida el futuro de los hermanos.
Caso hermanos Menéndez: Fiscal presenta solicitud de revisión de sentencia para Lyle y Erik Menéndez
Tras la revisión de nueva evidencia, la Fiscalía de Los Ángeles pidió que se revisen las sentencias dictadas contra los hermanos. Un juez analizará el caso y tomará una decisión.

El fiscal tomó la decisión basándose en la carta que Erik Menéndez envió a su primo Andy Cano ocho meses antes de matar –junto a su hermano Lyle– a sus padre, José y Kitty Menéndez, que sería nueva evidencia en el caso. Además, está la declaración del exMenudo, Roy Roselló, sobre que el ejecutivo del espectáculo había abusado sexualmente de él cuando tenía 13 años.
Si bien la carta y el testimonio fueron determinantes para que se pidiera revisar la sentencia, pues darían sustento a lo dicho por los hermanos sobre el abuso que sufrieron por parte de su padre, otros factores son los que se consideraron para emitir la nueva sentencia.
De acuerdo con el abogado penalista Alejandro Benítez, los jueces que revisan sentencias emitidas previamente, analizan el comportamiento de los presos durante su estancia en prisión, entre los factores que se toman en cuenta están si tomaron clases, como se comportaron con los policías, con los otros prisioneros.
La vida en prisión de los hermanos Menéndez
Desde 1996 los hermanos sabían que pasarían toda su vida en la cárcel, desde antes de su sentencia comenzaron a recibir correspondencia de admiradoras y cada uno comenzó relaciones que culminaron en matrimonio, en el caso de Lyle fueron dos.
De acuerdo con lo informado, Lyle y Erik han dado clases en prisión, también han participado en programas para ayudar a otros presos, lo que los califica para obtener la libertad condicional con la revisión a sus sentencias.
Gascón consideró que ya están rehabilitados y su familia, que ha participado activamente en que se logre su liberación, asegura que ya no son un peligro para la sociedad y merecen una segunda oportunidad. Lo mismo defiende la familia de los hermanos Menéndez, quienes piden que sean puestos en libertad al "pagar su sentencia".
Durante una conferencia que realizaron previo a la decisión de Gascón, aseguraron que es momento de que Lyle y Erik puedan sanar de lo que vivieron en su infancia a manos de su padre y consideran que la justicia les falló al minimizar el abuso físico, emocional y sexual al que fueron sometidos.
El caso Menéndez reabierto 35 años después
En 1989 el mundo del espectáculo y la sociedad en general se conmocionaron con el asesinato del ejecutivo José Menéndez y su esposa Kitty, la pareja fue ejecutada con escopetas en su mansión en Beverly Hills, una exclusiva zona en la que parecía que todo era de ensueño.
Los hijos, Lyle y Erik, descubrieron a sus padres asesinados y llamaron a la policía, dijeron que sospechaban de la mafia. Con el paso del tiempo su actitud fue criticada, pues tras recibir la herencia comenzaron a gastar de manera excesiva en lujos y fiestas.
Pero la apariencia de frialdad escondía la culpa y el dolor, Erik reveló a su terapeuta el crimen, lo que finalmente los hundió. Aceptaron haber matado a sus padres, se dijo que lo hicieron por codicia, pues debido a problemas de conducta, José dijo que los desheredaría.
Sin embargo, la verdad salió a la luz durante una inspección a sus celdas, donde encontraron una carta que Lyle escribió a Erik, en la que tenía un nada factible plan de fuga, pero también hablaba de lo que su padre les hizo. Así quedó al descubierto el secreto que se empeñaron en guardar.
Esto fue usado por la defensa para argumentar que el móvil del crimen fue el abuso y el temor a que su padre los asesinara si la verdad se sabía. En su primer juicio, el jurado no logró llegar a un veredicto y se consideró nulo.
En el segundo, el juez limitó el abuso y el jurado los encontró culpables, aunque recomendaron que no se les sentenciara a pena de muerte, pero sí se les condenó a cadena perpetua sin posibilidad de salir en libertad condicional.






















