"Como que no nos conocía": el dolor de los familiares que ven empeorar a un enfermo de coronavirus
HANFORD, California.- Todos celebran y todos esperan ansisosos a este campesino, padre y abuelo de 69 años, quien hace más de un mes mes lucha contra la infección del coronavirus. Su esposa cuenta que cuando se lo llevó la ambulancia, apenas respiraba, y parecía que no la reconocía.
María Ríos dice que se quedó con esa imagen de desesperanza en su memoria y así esperaba cada noche y cada día noticias sobre su recuperación. Pablo Andrade, trabajador del campo y supuestamente sin condiciones de salud subyacentes, contrajo el coronavirus e infectó a su familia también.
"Yo pensé que a lo mejor no se componía" afirma la mujer, aunque aún mide su entusiasmo por celebrar, pues relata que su marido tiene inflamación en los pulmones y no puede caminar, dos secuelas inmediatas del coronavirus.
Por esta razón, el campesino de 69 años debe permanecer en un Centro de Rehabilitación en Dinuba donde se recupera lentamente. Y sus hijos, yernos, nueras y nietos deben esperar a que su grandpa se recupere bien, antes de poder volver abrazarlo.
Debido a la enfermedad, es primera vez en 48 años de casados que Pablo y María están separados. La incertidumbre de no poder verlo, y de estar lejos la tenía a ella incluso más enferma que la propia infección del COVID-19. "Dos semans que no me dormia ni de día ni de noche"
Pero los Andrade Ríos no pierden la fe y ahora al menos lo pueden ver a través de la ventana del Centro de Rehabilitación en Dinuba.
La propagación del coronavirus en el Valle Central aún va en ascenso. De hecho, los nuevos casos de COVID-19 en el condado de Fresno reportados entre el 14 y 15 de agosto ascienden a 749 nuevos infectados.