La familia de Layla Salazar dejó Chicago en busca de un lugar más seguro; sin embargo, Layla, de 11 años, fue una de las 21 víctimas del tiroteo en la Escuela Primaria Robb, de Uvalde, Texas.
Familia se mudó de Chicago a Uvalde en busca de un lugar más seguro; su hija murió en el tiroteo
La familia de Layla Salazar llegó de Chicago a Uvalde en busca de un lugar más seguro. El martes pasado, la pequeña, de 11 años, se convirtió en una de las 21 víctimas del tiroteo de la Primaria Robb.

Así lo relató Vincent Salazar, padre de la niña, quien cuenta cómo han vivido la tragedia suscitada el martes pasado en la escuela de la localidad.
"Salimos de Chicago y vinimos aquí solo para estar en un lugar más seguro para ella y luego sucedió esto", dijo el padre de Layla en una entrevista con NBC Texas .
Vincent Salazar relató que esperaban las vacaciones, que comenzarían dos días después del tiroteo, para viajar a Illinois a visitar a su abuela.
“Ella estaba emocionada por el verano. Íbamos a ir al zoológico y tal vez viajar a Illinois a visitar a la familia y eso, pero obviamente… después de lo que pasó, simplemente no va a pasar”, dijo el padre de Layla.
Finalmente, su abuela viajó a Texas luego de la masacre del martes pasado para los servicios de la pequeña Layla.
El día del tiroteo en la Primaria Robb, en Uvalde, Texas
Vincent Salazar asegura que confirmaron la muerte de Layla tras casi 10 horas del tiroteo; sin embargo, era una noticia que de cierta forma ya esperaban.
“ El primer mensaje que tuvimos fue que la escuela estaba cerrada y luego, el siguiente mensaje, decía que había un tirador activo”, relata Vincent Salazar.
El padre asegura que de inmediato intentaron ir al lugar, pero no se les permitía acercarse.
Pasaron cerca de 10 horas para que confirmaran que la pequeña Layla estaba entre los 19 niños y 2 maestras que fueron asesinadas.
“Lo confirmamos hasta cerca de las 10 de la noche. Diría que alrededor de las 10 o las 11 de la noche. Ahí fue cuando nos pidieron la muestra de ADN y la dimos. Cerca de una hora después nos lo confirmaron”, añadió.
Ahora, la familia Salazar espera aprender a vivir con el dolor, unida.
“Va a ser duro, pero nos tenemos unos a otros”.
“Siempre va a estar ahí, pero ella está en nuestros corazones, ella está en nuestras mentes. Eso no nos lo pueden quitar”, sentenció Vincent Salazar.
Layla era una niña llena de vida y “súper amable”
La familia Salazar recuerda a Layla como una niña llena de vida, dulce , positiva y “súper amable”.
Según dijo su hermano mayor, Julien Salazar, su familia quiere que la niña sea recordada como era: “dulce, positiva, energética y súper amable”.
“Nunca te hubieras imaginado que algo así iba a pasar en un pueblo tan pequeño como este. Es irreal. Sencillamente estamos felices de haberle dado la mejor vida que pudimos mientras estuvo aquí”, agregó Nicolas Salazar, otro de sus hermanos.
-Con información de AP-







