ORLANDO, Florida.- La Junta Escolar del Condado de Orange manifestó su respaldo al cierre de siete escuelas con baja matrícula, una medida impulsada por la superintendente Maria Vazquez para reducir costos en un distrito que ha perdido miles de estudiantes en los últimos años.
Junta escolar del Condado Orange respalda cierre de 7 planteles por baja inscripción
La baja matrícula y el modelo de financiamiento por alumno dejan a muchas escuelas del condado sin recursos suficientes.
Aunque el organismo no sometió la propuesta a votación durante una extensa reunión de casi seis horas el martes, los ocho miembros de la junta indicaron su apoyo a la recomendación. La votación formal se realizará en una próxima sesión, pero el personal del distrito ya trabaja en los planes para cerrar los planteles al término del actual ciclo escolar y reasignar a estudiantes y personal.
“Llegamos a un punto en el que ya no podemos seguir subsidiando los recursos que requieren estas escuelas, que están significativamente subinscritas”, afirmó Vazquez ante la junta.
Las escuelas que cerrarían son Union Park Middle School y las primarias Bonneville, Chickasaw, Eccleston, Meadow Woods, McCoy y Orlo Vista. En conjunto, la medida impactaría a unos 3,200 estudiantes y alrededor de 270 maestros.
De acuerdo con funcionarios del distrito, los planteles fueron seleccionados por su baja matrícula actual, proyecciones que anticipan una mayor pérdida de alumnos en la próxima década y su cercanía con otras escuelas que aún cuentan con capacidad disponible. Cada una opera actualmente con cerca del 50% de su capacidad. Union Park Middle, la más afectada, tiene unos 560 estudiantes en un campus diseñado para más de 1,400.
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El declive en la matrícula ha sido pronunciado
El distrito escolar ha perdido casi 9,000 estudiantes en los últimos tres años, incluidos unos 5,600 solo en el año escolar actual. Autoridades atribuyen la disminución a varios factores: el crecimiento de los vales estatales para educación privada y en el hogar, la caída en la tasa de natalidad y cambios demográficos en vecindarios más antiguos. También señalaron la pérdida de unos 1,200 estudiantes venezolanos tras la cancelación federal del Estatus de Protección Temporal (TPS) para algunos inmigrantes.
En Florida, el financiamiento escolar se asigna por alumno, lo que deja a los planteles con baja matrícula sin recursos suficientes para sostener su operación.
Pese al consenso técnico, la decisión generó reacciones emocionales entre miembros de la junta. Angie Gallo dijo sentirse “con un nudo en el estómago” y subrayó que las familias “ya no están eligiendo las escuelas tradicionales”. Por su parte, la vicepresidenta de la junta, Maria Salamanca, criticó al distrito por no haber alertado antes a los padres sobre la posibilidad de cierres, a pesar de que la caída en la matrícula se arrastra desde hace más de tres años.
Algunos padres han iniciado peticiones para salvar las escuelas, como en el caso de McCoy Elementary, donde apareció un letrero con la leyenda “Save McCoy”. Sin embargo, la reunión del martes no incluyó espacio para comentarios del público y registró escasa asistencia de familias.
Sobre el personal docente, el distrito indicó que trabajará con los sindicatos para facilitar la reubicación de los maestros, quienes tendrían prioridad para ocupar vacantes y podrían elegir escuelas de preferencia. En cuanto a los edificios, las autoridades dijeron que no planean venderlos, aunque analizan opciones como rentarlos, en medio de presiones de escuelas chárter interesadas en ocupar planteles vacantes conforme a la ley estatal.


















