La fallecida reina Isabel se distinguía por usar ciertos elementos en sus looks: sus elegantes guantes, sus hermosos y grandes broches, sus pequeños sombreros de colores vibrantes y el fiel bolso de mano que siempre lleva consigo.
La reina Isabel se comunicaba con su staff a través de su bolso: te revelamos todas las claves
La reina Isabel tenía ciertos accesorios y prendas características de su persona, uno de los más importantes eran sus bolsos.
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Dichos bolsos iban desde el clásico modelo Traviata color negro, hasta alguna otra colorida 'handbag' de su colección de más de 200 bolsas de lujo de Launer London.
Al haber sido la monarca de Reino Unido pudo haber tenido a alguien que cargara su bolso; no obstante, este accesorio era elemental para ella debido a los importantes mensajes que resguardaba. Te explicamos.

Los mensajes que la reina Isabel enviaba a través de su bolso
Los bolsos de casi 2 mil 600 dólares de la reina Isabel eran el accesorio perfecto: además de atribuirle un toque de estilo, también le permitían comunicarse con su staff.
De acuerdo con ' The Telegraph', si la soberana estaba en una conversación y discretamente movía su bolso de una mano o brazo hacia el otro, su staff debía estar preparado para intervenir.

Esta sutil señal les comunicaba que ella estaba lista para concluir esa plática. Su staff podía terminar la conversación al comunicarle que otra persona la estaba buscando o era momento de dirigirse a otro sitio. También podían acercase y comentarle a la persona con la que estaba platicando que alguna otra figura pública tenía la intención de conocerlo, tal y como explica el experto en realeza Hugo Vickers.

Durante una cena, comida, almuerzo o cualquier otro evento donde la reina Isabel estuviera sentada frente a una mesa, ella anunciaba que estaba lista para irse cuando colocaba su bolsa sobre la mesa.
Al momento de hacer esto, su staff tenía cinco minutos para finalizar la participación de la monarca en el evento.
Si la reina estaba sentada, podía colocar su bolso en el piso y así anunciar que la conversación que estaba teniendo era aburrida y era necesario que alguien interviniera para librarla de la misma.

Con estas sutiles pero directas señales, la reina Isabel sacaba el mejor provecho de su bolso, en el cual también cargaba ciertos objetos clave para sobrellevar su eventos y apariciones públicas.
De acuerdo con Sally Bedell Smith, autora de 'Elizabeth the Queen: The Woman Behind the Throne', el contenido del bolso de la reina Isabel contemplaba tres básicos: sus anteojos para leer, pastillas de menta y una pluma fuente.
También cargaba con un espejo compacto y un lápiz labial para retocar su sutil maquillaje si era necesario, y con un billete de 5 o 10 libras para ofrendar en la iglesia los domingos.

Por su parte, sus damas de compañía llevaban consigo medias de repuesto, aguja, hilo y seguritos para atender cualquier emergencia que pudiera presentarse en las prendas de la soberana.







