'La princesa triste' de Japón solo tiene un deseo en su cumpleaños 57
La emperatriz Masako de Japón celebró su cumpleaños 57 este miércoles 9 de diciembre. Tras años de tratamiento contra la depresión, declaró cuál es su mayor anhelo.
Este miércoles 9 de diciembre, la emperatriz Masako de Japón cumplió 57 años. Como es tradición, quien es conocida popularmente como 'La princesa triste' ofreció un mensaje a la población, en medio de la celebración.
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Además de hablar de la manera en que la pandemia ha afectado su vida y de cómo el pueblo japonés ha superado la serie de adversidades que les ha impuesto, la princesa hizo referencia a su enfermedad.
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"Quisiera hacer más esfuerzos para recuperarme y así poder apoyar al emperador y cumplir con mi papel como emperatriz", expresó quien ha luchado durante años contra la depresión.
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En el comunicado oficial de su cumpleaños, 'la princesa triste' se mostró agradecida por "tener la oportunidad de interactuar online con el pueblo japonés y espero valorar estos medios en el futuro".
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Masako habló sobre el covid-19: "Espero que podamos cooperar para superar estas adversidades".
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Envió unas palabras de apoyo a los trabajadores sanitarios: "Se han entregado día y noche para salvar las vidas de tantos pacientes y prevenir la expansión de la infección", dijo.
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En el marco de su cumpleaños, Masako también mencionó a su hija, Aiko, de 19 años, quien ya forma parte de la plantilla escolar de la Universidad Gakushuin de Tokio.
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"Me gustaría que continuara aprendiendo de otros y que pasara el último de sus años como adolescente con un espíritu valioso", expresó.
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La semana pasada, la emperatriz y su esposo, el emperador Naruhito, posaron para una serie de fotografías, que más tarde serían compartidas a los medios de comunicación por la Agencia de la Casa Imperial de Japón.
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Mientras en una de las imágenes se les puede observar admirando gusanos de seda; en otra, la pareja aparece leyendo un libro.
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Más allá de las fotos, es de destacar que la esposa del emperador Naruhito aprovechara esta comunicación para hablar de su enfermedad, ocasionada por las presiones inherentes a su posición.
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La emperatriz Masako no solo no ha logrado superar haber renunciado a su futuro profesional sino que debe cargar con la imposibilidad de no haber logrado concebir a un hijo varón, que garantizara la sucesión de su dinastía.
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Después de ocho años de intentarlo, finalmente quedó embarazada y en diciembre de 2001, dio a luz a su única hija, Aiko, quien no podrá acceder al trono por la ley sálica, que le prohíbe a las mujeres reinar.
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En abril pasado se anunció que el hijo varón de los príncipes Akishino y Kiko, el príncipe Hisahito, de seis años, tercero en la línea de sucesión del reino había iniciado su formación para convertirse en emperador de Japón.
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Quien nació bajo el nombre de Masako Owada es descendiente de diplomáticos. Estudió Ciencias Económicas en Harvard y Derecho en la Universidad de Tokio; además tiene un posgrado en Oxford. Antes de ser elegida por Naruhito, quería ser embajadora.
Tsugufumi Matsumoto/AP
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Aunque se asegura que ella lo rechazó en varias ocasiones, pues en su futuro no entraba casarse bajo convenio, finalmente aceptó. Masako está bajo los reflectores desde que cometió la 'osadía' de hablar 39 segundos más que Naruhito en la conferencia de prensa del anuncio de su compromiso.
Shizuo Kambayashi/AP
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Convertirse en la esposa de Naruhito no sólo conllevó que la pareja celebrara su boda el 9 de junio de 1993, también que ella renunciara a su futuro en la diplomacia.
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Masako no fue capaz de sobrellevar la exposición mediática y las presiones inherentes a su posición. Todo ello desembocó en un “trastorno de adaptación” motivado por el estrés, el cual le fue diagnosticado en 2003 y le ganó el apodo popular de “La princesa triste”.
KOJI SASAHARA/ASSOCIATED PRESS
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En abril de 2019, el emperador Nihito abdicó, lo que convirtió a la princesa Masako y su esposo, el príncipe Naruhito, en emperadores del país de Oriente.
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Meses antes de la subida de su esposo al Trono del Crisantemo, escribió un comunicado en el que reveló la inestabilidad de su ánimo.
嶋田達也/AP
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"Si pienso en los días por venir, a veces me siento insegura sobre hasta qué punto podré serle útil al pueblo. Pero lo haré lo mejor que pueda para contribuir a que sean felices".