Leonore, Nicolás y Adrienne, hijos de la princesa Madeleine y Christopher O’Nell, así como Sofia, Alexander y Gabriel, hijos del príncipe Carl Philip y la princesa, ya no pertenecerán a la casa real de Suecia, pero conservarán sus títulos de duques y duquesas. Sus padres ven esta decisión del rey como “positiva” para sus hijos, ya que sus vidas serán más “libres” y “privadas”.