Justo cuando parecía que la presidencia de Donald Trump iba a representar un cambio de tono más apacible y amistoso en la compleja relación diplomática de Estados Unidos con Rusia, la historia dio un giro inesperado y curioso que amenazó con algunos sobresaltos.
Vladimir Putin finalmente habló sobre los supuestos expedientes rusos de Trump

O al menos puso bajo sospecha y a la vista del ojo público algunas de las posibles razones para esta aparente camaradería entre Trump y Putin.
El expediente de la lluvia dorada
Una nota de Buzzfeed, ya célebre y muy criticada por políticos y otros medios, difundió originalmente un expediente de 35 páginas, aparentemente confeccionado por un exoficial de inteligencia británica que trabajó en Rusia.
El documento asegura (con información “incomprobable” y en ocasiones llanamente errónea, según admite la misma nota) que la inteligencia rusa tiene en sus manos datos explosivos y comprometedores de Donald Trump, obtenidos durante los viajes que realizó a ese país en busca de negocios, que podrían ser utilizados para extorsionar o presionar al presidente estadounidense.
El polémico documento sostiene además que Trump ha mantenido una relación con el Kremlin ruso desde hace al menos 5 años, y que hubo entre ellos una conspiración para perjudicar la campaña de Hillary Clinton.
En algunos círculos y en redes sociales, el expediente ha pasado a conocerse como “el de la lluvia dorada”, debido a que entre todos los demás alegatos, sostiene que Rusia tiene grabaciones de audio y video (ew!) obtenidas en un hotel, en las que Trump da rienda suelta a sus “obsesiones personales y perversiones sexuales”, practicando con prostitutas el fetichismo conocido popularmente con esa definición.
Por si esto fuera poco, lo habría hecho en la habitación que, él sabía, antes se habían alojado Barack y Michelle Obama.
Donald Trump demoró solo algunas horas en responder a las acusaciones de ese documento, como siempre a través de Twitter.
Dijo que era un reporte falso (“ Fake news”, originalmente, un término que surgió para designar las teorías conspirativas y mentiras utilizadas por Trump y sus seguidores durante la campaña, pero que ahora hábilmente se lo ha apropiado para dar vuelta su significado y acusar así a toda noticia que lo critique), fabricado por oponentes políticos corruptos.
También aseguró que él no tenía nada que ver con Rusia, “ni negocios, ni préstamos, ni nada”. Miembros oficiales de Rusia también dijeron que era “una fabricación absoluta, una tontería” según Trump. ¿Qué otra cosa iban a decir?
Bueno, Putin ha dicho otra cosa.
En realidad es la misma cosa, pero con otras palabras, muy en el estilo del presidente ruso.
Las mejores prostitutas del mundo

Según recoge The Guardian, Putin dijo que los que habían encargado ese expediente son “peor que unas prostitutas”. Sin ninguna clase de respeto por las mujeres que practican dicho oficio.
Después de todas maneras bromeó diciendo que las prostitutas de su país eran las mejores del mundo, pero que no creía que Trump hubiera conocido a ninguna de ellas.
Es la primera vez que Putin habla públicamente sobre el asunto, después de casi una semana.
Luego se refirió a Trump:
“Nunca estuve con él. No sé cómo actuará en el terreno internacional. No tengo razón alguna para criticarlo ni para defenderlo”.
Sin embargo, sí lo defendió.
No sobre su supuesta alianza con el Kremlin ni nada de eso, sino sobre esas viles acusaciones sexuales. De paso, volvió a insultar a las prostitutas:
“Se trata de un hombre adulto, un hombre que organizó concursos de belleza por muchos años y tenía trato con las mujeres más bellas del mundo. Me resulta difícil creer que haya venido aquí para conocer a nuestras chicas de más baja moral”.
(¿Se refiere a esas mujeres más bellas del mundo que lo acusaron de comportamientos abusivos y acoso sexual?)
Por último, dijo que era absurdo creer que la inteligencia rusa estaría interesada en Trump hace algunos años, en las fechas que maneja el documento, cuando no estaba involucrado en política y era simplemente otro empresario estadounidense. “¿Creen que nuestros servicios especiales vigilan a todo multimillonario americano que venga?”, se preguntó.
Pues no sería raro ni atípico.
El New York Times informa ahora que Donald Trump ha buscado extender sus negocios en Rusia al menos desde 1987, sin demasiados éxitos; no obstante, aunque no se haya materializado en ninguna Torre Trump en Moscú, en varias oportunidades y entrevistas este reconoció que había generado muy buenos contactos en aquel país, no solo con empresarios y magnates, sino también con políticos.
Ahora, las actividades empresariales privadas de Trump en Rusia están bajo la lupa luego de que las agencias de inteligencia estadounidenses consideraron que hay evidencias que prueban que fue Rusia quien estuvo detrás de los hackeos durante la campaña presidencial estadounidense.
Ese es el gran problema de todo este asunto: el famoso documento, aunque contiene información que no ha podido ser verificada, suena de todas maneras muy verosímil y probable.
Hasta las agencias de inteligencia estadounidenses así lo consideraron, al incluir un resumen de este en los más recientes reportes al presidente saliente Barack Obama y al presidente electo Donald Trump, según CNN.
Probablemente, Trump y Putin algún día se reúnan y, con sonrisas cómplices, sabiendo la verdad que subyace en todo esto, se dediquen alegres a mirar el video en el que los dos medios de prensa que difundieron noticias exclusivas sobre el expediente — Buzzfeed y CNN— se pelearon entre sí para ver quién lo había cubierto mejor.
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