Una vida marcada por la guerra: Greta Friedman, la "enfermera" del famoso beso del fin de la guerra

Aunque persistan algunas dudas, generalmente se considera que Greta Friedman es la misteriosa "enfermera" de la célebre foto que simbolizó el fin de la Segunda Guerra Mundial. La imagen, inmortalizada por el fotógrafo Alfred Eisenstaedt, muestra a un marino de la naval estadounidense abrazando y dándole un beso a una mujer que parece ser una enfermera. Ambos se encuentran en pleno Times Square, el mítico barrio de Nueva York. Tanto ellos como las personas que los rodean festejan el final de la guerra.

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A pesar suyo, Greta Friedman y su co-protagonista, George Mendonça, marcaron la historia de la fotografía. El 8 de setiembre del 2016, Greta falleció a los 92 años.

La fotografía

V-J Day in Times Square. Ese es el nombre de la célebre fotografía tomada por Eisenstaedt el 14 de agosto de 1945. Luego de que la imagen apareciera reproducida en la revista LIFE, la fotografía cobró vida propia y pasó a la historia.

Sobre ese memorable día, Friedman cuenta que estaba trabajando en su oficina (aunque se piensa que es una enfermera, Friedman era en realidad una asistente dental) y que durante toda la mañana había oído rumores de que la guerra estaba por terminar. En su pausa para almorzar, se animó a ir hasta Times Square para verificar las noticias por sí misma. Una vez ahí, un marino desconocido la abrazó, la besó, y luego siguió su camino. El resto, como dicen, es historia (y ojo fotográfico).

3 mujeres pretenden ser "la enfermera", mientras que más de 20 hombres pretenden ser el marino

Se podrían escribir varias novelas de misterio sobre el revuelo en torno a la verdadera identidad de la pareja de la foto. Eisenstaedt tomó varias fotografías ese día y no tuvo tiempo para pedirle los datos a las personas que fotografiaba. Además, los rostros de ambos protagonistas no se pueden casi apreciar, sobre todo el de la mujer, por lo que es comprensible que, a través de los años, muchas personas hayan pretendido ser los personajes de la foto.

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Sobre esa persistente duda, Friedman alega que no vio la foto hasta los años 1960 cuando se topó con un libro sobre la obra de Eisenstaedt. "De inmediato escribí a LIFE, ellos me dijeron que me enviarían una fotografía pero que la mujer de la imagen ya había sido identificada. No podía creerlo, ya que yo sabía que eso me había sucedido a mí. Esa es mi figura, esa es mi ropa y mi peinado. Les envié fotografías. El tiempo pasó y, en 1980, la revista me contactó y Eisenstaedt me envió una fotografía firmada".

"Yo no lo besé. Él era muy fuerte, me agarró y me besó".

Una entrevista que Friedman dio en el 2005 cambió ligeramente la perspectiva sobre la icónica foto. La "enfermera" declaró que ella no consideraba correcto que se dijera que la foto representaba un beso entre dos personas. "Yo no lo besé, él me besó a mí. No fue mi elección", sentenció.

Como sucede generalmente con los símbolos culturales, el paso del tiempo y el cambio de percepción y de actitud sobre ciertos temas han fomentado una reinterpretación de la foto, especialmente a partir de los comentarios de Friedman. "Yo no lo vi llegar y antes de darme cuenta, estaba siendo aferrada por él" contó la mujer en una entrevista concedida a la cadena CBS News en el 2012.

Para algunas personas, esto permite abrir una lectura diferente de la icónica foto, viendo en ella a un hombre que celebra el fin de una guerra traumática tocando y besando a una mujer sin pedirle su permiso (cosa que en sí misma puede resultar traumática). Friedman no considera que el gesto de Mendonça haya sido una agresión porque, según ella, "no lo vivió de esa manera por el contexto dado". Sin embargo, entiende que la imagen pueda representar un gesto violento para muchas personas, ya que ella misma considera que la foto no representa realmente un beso.

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Una vida marcada por la guerra

Greta Zimmer Friedman nació en Austria en 1939 y emigró a los Estados Unidos a los 15 años con su hermana, luego de que sus padres murieran en campos de concentración. Se desempeñó durante muchos años como asistente dental, pero se dedicó también al teatro, la pintura y la restauración de libros antiguos. Nunca volvió a Austria.