Una nueva fuente sintética para calmantes podría solucionar la problemática actual

Cuando los pacientes enfrentan fuertes dolores, los médicos recurren a los opiáceos, análgesicos que incluyen morfina, oxicodona, petidina y tramadol.

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Los calmantes fuertes ayudan a las personas a recuperarse y la morfina es conocida por aliviar a las personas en las últimas horas de vida. Sin embargo, se tiende a abusar de ellos por lo que no son vistos de buena manera.

Los calmantes usados provienen todos de la misma fuente: el opio en las plantas de amapola, pero una científica propone una nueva e innovadora fuente sintética.

La situación actual

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Lo cierto es que la oferta mundial de opio depende del tamaño poco fiable de la cosecha de amapolas  y gran parte de ella se desvía a la producción de heroína, una sustancia cara y difícil de controlar que aumenta el precio de los analgésicos.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que 5500 millones (83 % de la población mundial) viven en países con bajo o nulo acceso a medicamentos controlados y tienen un acceso inadecuado a tratamientos para dolor de moderado a severo.

Biología sintética

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La profesora de Stanford, Christina Smolke, parece tener una nueva respuesta a esta problemática.

Ella ha desarrollado un método para la síntesis de opiáceos a partir de levadura, una fuente que es mucho más accesible que los opiáceos.

Con su técnica se podría reducir notoriamente el costo de la producción de opiáceos, sin mencionar que puede ser un camino a seguir para la producción de otros medicamentos que derivan de plantas.

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La producción de opiáceos no era su meta inicial, pero luego de experimentar y desarrollar una plataforma modular extensible basada en ARN (ácido ribonucleico) en 2012, comenzó a intentar crear una vía de 20 genes de opioides.

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Utilizando una mezcla de fuentes enzimáticas que incluyen levadura, plantas medicinales, bacterias y mamíferos, terminó en sus cepas de levadura que son capaces de producir pequeñas cantidades de hidrocodona y tebaína a partir de glucosa. Smolke espera poder alcanzar una producción comercial a gran escala de opiáceos libres de amapola, en unos pocos años. Ahora busca concentrar su atención hacia otros medicamentos sintéticos.

Sin duda la innovación de Smolke es un gran avance para que millones de personas puedan acceder a un apropiado tratamiento del dolor.