Es domingo, me acuesto junto a mi hija a ver la tele y me quedo dormida, profundamente, hasta sueño.
Una cita conmigo misma
De pronto me despierto sobresaltada, no por un ruido estruendoso sino porque la casa está en absoluto silencio. Se han ido, y me han dejado descansar, algo raro, pero posible, un regalo.
Entonces me levanto, ¿y ahora qué hago?, me pregunto. Puedo aprovechar para poner unas lavadoras, cocinar algo para mañana, planchar esas faldas y blusas que están sin usar porque no las he adecentado después de lavarlas. Aahhh no, ya sé, arreglar mis cajones que se desbordan de papeles postergados para otro momento, para cuando tenga tiempo.
Y entonces, me digo tímidamente, mientras descarto todas las posibilidades anteriores, ¿es que será que solo quiero no hacer nada, mirar el techo sin remordimientos? Estar conmigo misma, que le dicen.
En buena compañía
En un acto de honestidad me respondo que sí, eso quiero, deseo no hacer nada, solo escuchar mis propios pensamientos que entre tanta rutina y obligaciones a veces no los escucho, así griten, así lloren.
Me he acostumbrado a caminar con mi coro de ideas pospuestas para más tardecito, cuanto tenga un tiempo y cuando al final del día creo que llegó el momento para mi estoy tan rendida que ya ni me acuerdo qué era lo estaba pensado.
Así que me despercudo de todo, pongo un poco de música y me quedo tranquila, en santa paz, conmigo misma, que también soy buena compañía.
Si además de un tiempo contigo, necesitas un boost de confianza, no te pierdas esta nueva herramienta.
Claudia Solis es periodista y fundadora de Mamientrasicion.com. Vive en Miami con su esposo y sus dos hijas. @claudiagsolis