El origen de las especies, del naturalista Charles Darwin es uno de los libros científicos más influyentes del siglo XIX.
Un nuevo estudio confirma que Darwin tenía razón… a 140 años de su muerte
Una de las ideas principales del tratado de Darwin era que una especie animal con una mayor diversidad en su linaje producirá más subespecies.

Hasta hace poco, esta ley de Darwin sólo era comprobable con las aves, pero Científicos de la Universidad de Cambridge afirman que han descubierto que también lo es para los mamíferos, y que las subespecies de estos animales son muy importantes para su evolución.

Además de contribuir enormemente con nuestra comprensión de la evolución, los descubrimientos del equipo de investigación de Cambridge serán muy útiles para la conservación de la vida salvaje, ya que ayudará a determinar qué especies deben protegerse.
Laura Van Holstein, antropóloga biológica miembro de la investigación, explica que la relación entre las especies y la variedad de subespecies demuestra que éstas juegan un papel crítico en la dinámica evolutiva a largo plazo y en la evolución futura de las especies.

De acuerdo con la antropóloga, Darwin ya sospechaba eso en 1859, fecha de la publicación de su libro.
Darwin en realidad llamó a las subespecies «variedades», pero básicamente la idea es la misma. Son grupos dentro de una especie con sus propios rasgos y niveles de reproducción.

Por ejemplo, existen tres subespecies de jirafa de la jirafa del norte y 45 subespecies del zorro rojo, siendo el animal con más «variedad»
Curiosamente, los seres humanos no tenemos ninguna subespecie, ya que a pesar de las diferencias fenotípicas, todos tenemos los mismos rasgos generales y pertenecemos a la misma especie.

Para probar que Darwin estaba en lo cierto, Van Holstein analizó una enorme base de datos con clasificaciones de animales, revisando el conocimiento que tenemos de esas especies en busca de patrones.
Los datos que obtuvo mostraron que la diversificación entre especies y entre subespecies estaba vinculada, como había sugerido Darwin.

Pero no solo eso, las subespecies tienden a formarse, diversificarse y aumentar de manera diferente según el hábitat.
La diversidad de especies y de subespecies es más fuerte en los mamíferos no terrestres, como aquellos que viven en el mar o pasan gran parte de su tiempo en el aire. Por ejemplo, los delfines y los murciélagos.

Para la investigadora, las subespecies de estos animales podrían considerarse más como el inicio de una nueva especie que como la evolución de otra, lo que indica que existe una relación entre una subespecie y una posible nueva especie animal.
Los nuevos modelos evolutivos podrían ayudar a anticipar como la actividad humana, como la tala, afectarán la evolución de las especies animales.
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