La Selección Argentina perdió la tercera final consecutiva y tras el triste descenlace de la Copa América Centenario, Messi anunció su renuncia al plantel. La reacción fue inmmediata y miles de argentinos se unieron al grito de #LioNoTeVayas.
Un niño llora desconsolado por la renuncia de Messi y se abre el debate: ¿Cuál es el precio de la viralidad?

Las redes sociales se inundaron de mensajes de aliento, y uno de ellos llamó particularmente nuestra atención: el video de un niño llorando desconsolado por la renuncia del 10.
¿La que lo graba? Su propia mamá. "Decile algo a Messi que se lo vamos a mandar, ¿qué pasa?". Su hijo llora angustiado, pero ella insiste: "Gordo, dale, ponete bien y decíselo".
Si lo tuviéramos que describir con una palabra, esa sería desgarrador. Casi 2 minutos dura este video que nada tiene de cómico sino todo lo contrario. ¿Es necesario exponerlo así? ¿No sería mejor sentarse a hablar y explicarle las posibles razones de Messi para dejar la Selección? ¿Contarle que el segundo puesto también es un gran logro? ¿Avisarle que podría cambiar de opinión? ¿Ayudarlo a ver la situación desde otro ángulo?
Podríamos seguir con las preguntas: ¿Acaso a esa madre le hubiera gustado que publicaran un video suyo en una situación similar?
Quizás un simple abrazo era todo lo que el niño necesitaba para descargar su angustia.
¿Cuál es el costo de la viralidad?
Casi a diario nos encontramos con video virales de todo tipo. Algunos divertidos, otros no tanto.
En la vorágine de la tecnología y de las redes sociales, es importante considerar que todo lo que subimos a internet puede ser visualizado por miles o millones de personas y que esto genera sus consecuencias. El punto es mucho más relevante aún cuando se saca provecho de la vulnerabilidad de los chicos sin tener en cuenta los efectos que tal nivel de exposición podría traer para ellos.
Cortá con lo viral
Como adultos responsables que somos deberíamos estar más atentos y evaluar los costes de publicar, consumir y difundir un video de este tipo. Porque un video se hace viral no solo porque alguien lo publicó en primera instancia, sino porque miles de personas creyeron que era buena idea compartirlo. Antes de volver a hacerlo, pensalo dos veces, de lo contrario ¿qué mensaje les estamos transmitiendo a los chicos?
Este -lamentablemente- representa solo uno de los miles de casos en la que personas adultas exponen a niños de manera perjudicial. La pregunta es clara: ¿Hasta dónde somos capaces de llegar?






