Dos años después de llegar a Uruguay, Jihad Diyab, exprisionero de Guantanamo, decidió irse del país y emprender vuelo hacia Sudáfrica, quizá con el cometido de encontrarse con su familia.
Un exprisionero de Guantánamo logró su cometido: abandonar Uruguay

Liberación

Hace algunos años, el expresidente de Uruguay, José "Pepe" Mujica tuvo una idea -algunos dicen que por su forma de ser, otros dicen que fue por un acuerdo económico con Estados Unidos-.
¿De qué trataba? Liberar a seis prisioneros de Guantánamo -cárcel en la que vivían y viven una gran cantidad de personas bajo torturas constantes- y darles un lugar en Uruguay.
El gobierno se haría cargo económicamente de estas seis personas y les abriría camino para que formen una nueva vida. Incluso, también era posible que con el paso del tiempo sus familias, que hace tantos años no veían, fueran acogidas en el país.
Huelga

Sin embargo, Diyab no logró adaptarse a Uruguay. Tras huelgas de hambre - la última llegó a durar más de 60 días y tuvo que ser internado para evitar su muerte-, quejas y una escapada en la que llegó hasta Venezuela y fue deportado a Uruguay, Diyab logró irse del país en buenos términos y con todos los papeles necesarios para emprender una nueva vida.
Los últimos meses fueron bastante complicados, tanto para el exprisionero como para el gobierno. Nin Novoa, el ministro de Relaciones Exteriores de Uruguay intentó encontrar un país que lo acepte, sobre todo Turquía porque Diyab así lo quería, pero no consiguió que ninguno le de el OK.
"Me voy a ver a mi familia a otro país o me muero”, expresó meses antes de su partida, según El Observador, medio de comunicación uruguayo.






