¿Un daño irreversible? Los niños fueron las personas más afectadas por la guerra de Siria

Si tienes seis años y toda tu familia murió en un ataque aéreo, ¿cómo haces para no tener miedo? No es una situación ficticia, es real. Nagham perdió a toda su familia siendo una niña. Una familia la acogió y se fue a vivir con ellos a un campo de refugiados. Sin embargo, el daño ya está hecho: constantemente se niega a comer y tiene miedo a todas las personas que intentan acercarse a ella.

¿Qué pasa cuando un niño ve tanto horror frente a sus ojos? “Han presenciado cosas que ni siquiera se ven en las películas”, comentó un padre sirio a la BBC. Tanto es el horror que las consecuencias parecen ser irremediables. ¿Es posible cambiar el destino de estos niños? ¿Acaso la guerra marcó para siempre a una generación?

Las peores consecuencias: un estrés emocional que los lleva al suicidio

La guerra en Siria, -que comenzó en 2011 y que dejó más de 300.000 muertos-, podría dejar graves daños en los más pequeños. La organización Save The Children manifestó su preocupación por la situación. Si no se hace algo inmediatamente, las consecuencias serán fatales.

Este duro enfrentamiento, las muertes de sus familiares y la peregrinación hacia otros países ha provocado en los niños diferentes problemas. Muchos dejan de comer, otros pierden la capacidad de hablar, hay quienes también hacen sus necesidades en la cama y, lamentablemente, hay también quienes recurren a las drogas o directamente al suicidio para escapar de esa dura realidad. “Estamos viendo cada vez más niños que se intentan autodañar; que se suicidan o que buscan en las drogas y el alcohol un escape”, explicó una integrante de la organización.

El estudio realizado por dicha organización -en el que se entrevistó a más de 450 personas- concluye que Siria atraviesa una “crisis de salud mental aterradora entre los niños sirios”.

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Tristes números que impactan

• Save The Children encontró que 2/3 de los niños perdieron a un ser querido o a su hogar por un bombardeo.
• A su vez, el 71% de los entrevistados manifestó su preocupación por los niños, quienes sufrieron y desarrollaron diferentes tipos de problemas vinculados al estrés tóxico de la guerra.
• El 48% de los adultos expresaron que habían visto al menos un niño que perdió la capacidad del habla o que sufrió algún trastorno de comunicación desde el inicio de la guerra.
• El 50% de los encuestados dijeron que los niños sentían -y sienten- dolor y tristeza extrema regularmente.

Todos estos números hacen plantear la preocupación por una sociedad que está en problemas. “El riesgo de una generación rota, perdida y con un estrés extremo nunca ha sido mayor”, manifestó una doctora perteneciente a la organización.

Al estrés tóxico con el que viven se le suma un país en ruinas y una falta de servicios fundamentales. La educación pasó a segundo plano, incluso también comer o beber está en otro plano. Lo más importante para estos niños durante muchos años fue salvarse de las bombas y seguir junto a su familia. Lamentablemente, muchos de ellos no lo lograron. “Esta generación de niños va a tener que reconstruir su país y no están capacitados ni tienen las herramientas para hacerlo. Si no se hace algo inmediatamente, el país se verá devastado, incluso luego de que el conflicto se termine”, se explicó.

Los niños son nuestro futuro y muchas veces lo olvidamos. Les estamos dejando un mundo deteriorado, inmerso en guerras y odio. ¿Podremos cambiar el camino que está tomando el planeta? El estrés, el deterioro y las pocas herramientas que le estamos brindando pueden ser realmente catastróficas para el futuro de cada uno de nosotros, de nuestros hijos, nietos y bisnietos. ¿Esto es lo que queremos dejar? 

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