Trump ataca a Venezuela y Argentina: Te contamos por qué (nuevamente) está equivocado

Si unos días atrás hablábamos del cómico spot de un canal argentino burlándose de  Donald Trump, el magnate millonario es noticia una vez más debido a las polémicas declaraciones que realizó sobre Argentina y Venezuela.

En comunicación con la cadena CNBC, Trump se refirió a la disputa que hay por una vacante en la Corte Suprema de su país y dijo que, de no ganar un republicano, << Estados Unidos se convertiría en Argentina o Venezuela>>.

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¿De qué estás hablando, Willys?

No se entiende por qué el Candidato a la Presidencia por el Partido Repúblicano hizo referencia a ambos países. Sin embargo, vamos a intentar por un momento conocer el contexto para entender si el comentario es apropiado o no.

En medio de una de las campañas electorales más espectaculares de la historia de Estados Unidos, en febrero falleció el juez de la Corte Suprema Antonin Scalía. El magistrado era uno de los 9 miembros del tribunal de última instancia.

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La muerte de Scalía rompió con un supuesto < >  que tiene el tribunal, compuesto por 4 jueces conservadores, 4 < > (en el sentido norteamericano de la palabra) y 1 independiente que define los fallos.

Durante muchísimos años, la Corte Suprema estuvo dominada por una mayoría de conservadores, siendo Scalía uno de las figuras más importantes. En los últimos 10 años, se había renovado y estaba ideológicamente equilibrada.

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Sin embargo, para los repúblicanos la muerte de Scalía significa que, por primera vez en muchos años, la Corte puede estar conformada por una mayoría de jueces liberales. Es por eso que, desde febrero, se embarcaron en obstruir cualquier nominación posible, sin importar las consecuencias.

¿Cómo lo hacen? Bueno, la Constitución establece que  es el Presidente el que debe nominar a un nuevo Juez, el cual debe ser aprobado por el congreso. Si bien Obama es demócrata, ambas cámaras están controladas por los republicanos.

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A mediados de marzo, el Presidente oficializó su decisión: el nominado era Merrick Garland, un Juez independiente de la Corte de Washington D.C. que, inicialmente, contaba con el apoyo de ambos partidos.

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Sin embargo, el Congreso republicano se embarcó en obstruir y rechazar la nominación, amparándose en una supuesta regla implícita de la política estadounidense que establece que  en año electoral, el presidente debe dejar la nominación del Juez de la corte a su sucesor.

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Esta regla, sin embargo, nunca fue puesta en práctica y a lo largo de los últimos 100 años de historia en repetidas ocasiones se ha nominado un Juez de la Suprema Corte durante un año electoral.

Ok, muy bien. ¿Pero qué tienen que ver Argentina y Venezuela en esto?

En pocas palabras, Trump dice que si un demócrata (ya sea Obama o Hillary Clinton) es el encargado de nominar al próximo Juez de la Corte Suprema, su país se convertirá en un < >  como Argentina o Venezuela (término por demás demonizado en Estados Unidos).

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La comparación tiene muy poco sustento. En primer lugar, Trump asume que de haber un demócrata en la Casa Blanca, Scalía será reemplazado por un Juez proto-comunista, una mentira sin pies ni cabeza.

Si Obama nominó a un Juez apoyado por varios republicanos, es de esperar que esta línea se mantenga en caso de que Hillary sea electa Presidenta.

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Clinton es parte del ala más pragmática del Partido Demócrata e inlcuso tiene un background más conservador que sus colegas, en ocasiones apoyando iniciativas republicanas como la guerra en Irak.

No solo la comparación es mentirosa por el escenario inviable que propone Trump. Si bien el Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela mantiene una postura bastante alineada con el chavismo, en Argentina la Corte Suprema ha demostrado su equilibrio ideológico en varias oportunidades en los últimos 15 años.

Es esto precisamente lo que se esconde detrás de cada declaración que hace Trump: mentiras, desinformación y prejuicios. Los mismos elementos que utilizó para montar una campaña basada en la xenofobia, el machismo y la demagogia.

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Las falacias están presentes, solo queda informarse para desenmarcar un discurso retrógrado que no debería tener cabida en ningún sector de la sociedad. Así es como, una vez más, sus mentiras quedarán expuestas a la vista de todos.