¿Te acuerdas de Monica Lewinsky? El escándalo sexual con Bill Clinton 20 años después
Pasaron 20 años desde el escándalo sexual entre Bill Clinton y Monica Lewinsky. Actualmente, en el marco del movimiento #MeToo, una serie de reflexiones empiezan a mostrar que quizás toda la narrativa que se tejió en torno a aquel episodio, donde aparentemente hubo una relación consensuada entre un jefe de Estado y una funcionaria, podría ser redefinida en términos de abuso de poder.
En entrevista con la revista Vanityfair, la exbecaria de la Casa Blanca afirmó que la movilización internacional que se viralizó en las redes sociales para denunciar casos de agresión y acoso sexual ha sido una fuente de inspiración para ella y tantas mujeres que han vivido en silencio. Por primera vez pueden contar sus historias.
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El escándalo de Monica Lewinsky
Si retrocedemos a 1998, no tendremos que esforzarnos mucho para recordar que Bill Clinton, entonces presidente de Estados Unidos, fue acusado de perjurio porque negó haber tenido relaciones íntimas con una joven de 22 años que trabajaba como becaria no remunerada en la Casa Blanca.
El caso repercutió mundialmente en la prensa y algunos medios llegaron a exacerbar el escándalo con detalles sórdidos. Además, ambos partidos políticos estadounidenses se aprovecharon del caso en sus batallas políticas. Al fin, Clinton terminó reconociendo haber tenido relaciones «inapropiadas» con Lewinsky, pero alegó que la joven lo acosaba, lo perseguía, por lo que cometió un «desliz».
Por su parte, Lewinsky recalcó, en aquel momento, que la relación fue consensuada. Al paso del tiempo, se mantuvo firme en afirmar que ambos consintieron y que el abuso vino después, cuando la usaron como chivo expiatorio para salvar al presidente de la ruina.
Consecuencias para Lewinsky
La situación que se dio en el marco del escándalo tuvo graves consecuencias para Monica Lewinsky, quien durante años sufrió síndrome de estrés postraumático. Su vida privada se convirtió en tema de la opinión pública, por lo que terminó aislada y socialmente excluida.
Hoy, a los 44 años, la exbecaria cuenta que tuvo que enfrentarse con interpretaciones del mundo y reinterpretaciones de Bill Clinton sobre los hechos a lo largo de las últimas dos décadas. Aunque recibió cartas de apoyo, Lewinsky se sintió sola y abandonada, al igual que tantas mujeres que han vivido historias de acoso o abuso de poder.
«Tengo una gran deuda de gratitud con #MeToo»
A pesar de la soledad, Monica Lewinsky confiesa que no se habría sentido tan aislada si los eventos hubieran tenido lugar en la actualidad, en el marco de la movilización virtual del #MeToo. Para la exbecaria, el Internet de 1998 destruyó su vida, pero las redes sociales actuales en cambio han salvado a millones de mujeres porque las ha provisto de una resonancia para sus verdaderas narrativas. Ahora cualquiera puede contar su historia y ser respaldada inmediatamente.
El poder desacralizador de este movimiento, la fuerza y coraje de tantas féminas ha asombrado a Monica y la hizo comenzar a reconsiderar su propia historia de consentimiento en una relación donde había desequilibrios de poder y edad. Clinton era entonces el hombre más poderoso del planeta y le llevaba 27 años de edad. Lewinsky reflexiona sin dejar de reconocer sus responsabilidades, pero cree que justamente por tratarse de una autoridad con experiencia y status debería haber sabido actuar correctamente.
Este análisis es parte de una redefinición que como persona Lewinsky ha comenzado a desarrollar. Pero no deja de reconocer: “Tengo una gran deuda de gratitud con #MeToo” porque ha hecho que las mujeres hablen en voz alta contra aquellos hombres que cometen agresión y acoso sexual desde posiciones de poder.
Monica Lewinsky se suma así a este movimiento mundial, que surgió a raíz de las acusaciones por acoso sexual contra el cineasta Harvey Weinstein y se extendió en las redes sociales para compartir experiencias y denunciar injusticias contra las mujeres.
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