Solidaridad y Justicia: La incansable lucha de los padres del Colegio Ecos

El 8 de octubre de 2006 la tragedia golpeó para siempre la vida de las familias del colegio Ecos, cuando un camionero alcoholizado chocó su vehículo de frente contra el micro que transportaba a una delegación de alumnos del colegio, matando a 9 de ellos y a su profesora. También fallecieron en el acto el conductor del camión y su acompañante.

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A 10 años de uno de los peores siniestros viales de la argentina, repasamos la historia detrás de la tragedia y el esfuerzo que aún hoy realizan las familias de las víctimas y la comunidad del colegio.

Una lucha incansable que tiene como objetivo buscar justicia, concientizar y preservar la memoria de los familiares que perdieron aquella noche.

Aventura solidaria

Como todos los años, ese octubre de 2006 partió desde la sede del colegio Ecos en Palermo la delegación de alumnos, ex alumnos, directores y profesores que viajaría en micro hasta la provincia del Chaco para realizar tareas comunitarias en la Escuela Nº 375 de El Paraisal.

Durante unos días, los alumnos se integraron a la comunidad, llevaron alimentos, libros, ropa para las familias del colegio y colaboraron en distintas tareas con los habitantes del humilde pueblo chaqueño.

Luego de varios días de trabajo comunitario, los más de 40 voluntarios del colegio regresaban a Buenos Aires con las valijas llenas de experiencias, aprendizajes, recuerdos, anécdotas e historias que, de pronto, se vieron truncadas por la imprudencia.

Lo que pasó

Un camión que circulaba en zigzag en sentido contrario impactó de frente contra el micro que los transportaba. Así fue como Benjamín, Delfina, Federico, Justine, Lucas, Juli., Julieta, Daniela, Nicolás y Mariana perdieron su vida.

Quienes también perdieron la vida en el accidente fueron los conductores del camión, que conducían alcoholizados y provocaron la tragedia, en la que hubo 40 heridos.

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El suceso no solo destrozó a las familias de las víctimas, también marcó una profunda herida en las comunidades de los colegios del Chaco y Buenos Aires. Heridas que se transformaron en una causa con un claro objetivo: luchar por un país en el que este tipo de tragedias no sucedan nunca más.

Continuar el legado

Así nació << Conduciendo a Conciencia>>, una ONG que busca preservar y continuar el legado de las víctimas, trabajando para concientizar sobre la importancia de la seguridad vial. Todo desde un enfoque solidario que busca el compromiso de los chicos en cada actividad que realizan.

El colectivo contó desde primer momento con el apoyo de varias figuras del ámbito artístico como Luis Alberto Spinetta, León Gieco y Divididos. Como parte de esta iniciativa además se empezó a conmemorar todos los 8 de octubre el Día del Estudiante Solidario con un recital en el que se recolectan alimentos, ropa y útiles para escuelas y comedores de todo el país.

Pero no solo se trata de mantener vivo el trabajo realizado por los chicos, sino también de encontrar justicia para todas las vidas que se detuvieron aquella noche de octubre y las que año tras año se pierden en el país como consecuencias de siniestros viales.

Algo más que estadísticas

Según el Observatorio Vial, tan solo en 2014 hubo 5.279 víctimas fatales en accidentes de tránsito en la Argentina. En la Provincia de Santa Fe, donde sucedió el accidente, murieron 595 personas durante el año pasado, la mayoría en las rutas 11 y 34.

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Uno de los principales cambios impulsados luego de la tragedia fue el chequeo médico anual obligatorio a los choferes de micros de larga distancia y un incremento en los controles de drogas y alcoholemia.

Sin embargo, aún quedan asignaturas pendientes. La más importante es la del estado de la causa, que prescribió este año por una decisión de la Corte Suprema de Justicia de Santa Fé.

Justicia trunca

Durante ese período, un proceso de investigación apuntó a determinar si el chofer del ómnibus en el que viajaban los chicos cometió errores que contribuyeron a la tragedia. De los 3 veredictos, algunos encontraron al conductor responsable, pero ninguno quedó firme por irregularidades que llevaron la causa a foja cero.

Hoy el destino de la investigación descansa en las manos de la Corte de Suprema de Justicia de la Nación, que deberá expedirse respecto a la reapertura (o no) de la causa.

Es por eso que el recital solidario que la fundación realizó este año es muy importante. No solo para manifestar el repudio, indignación y malestar por la decisión de la corte santafesina, sino para exigir un fallo, una sentencia que condene a los responsables del hecho y que enmiende los groseros errores judiciales que provocaron la prescripción de la causa.

Pero los familiares no se dan por vencidos: exhaustos y  agotados, siguen reclamando justicia a un aparato que no es efectivo, que no contiene a las víctimas y cuyos fallos dejan una lectura social totalmente negativa.

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Ellos siguen ahí y se resisten a dar el brazo a torcer. Por leyes que no hagan de la imprudencia al volante un delito excarcelable. Por las miles de víctimas que año tras año engrosan las estadísticas de accidentes de tránsito. Por Benjamín, Delfina, Federico, Justine, Lucas, Juli, Julieta, Daniela, Nicolás y Mariana. Por todos nosotros.