Desde la confirmación del descubrimiento de ondas gravitacionales, parece que la comunidad científica no ha podido hablar de otra cosa. La magnitud de la noticia ha sido tal que incluso se ha filtrado a la primera plana de los principales medios de comunicación del mundo.
¿Sigues sin entender eso de las ondas gravitacionales? Aquí te lo explicamos

Todos están contentos, todos festejan el descubrimiento de las ondas gravitacionales, pero... ¿Por qué? Si no entiendes a qué se debe todo el alboroto, no estás solo. Podrá sorprenderte, ya que la forma en que se ha viralizado la noticia parece dará entender que todos sabemos qué es una onda gravitacional, pero, para ser sinceros, no es así.
Hasta ahora, se trataba de un concepto manejado comúnmente en la comunidad científica, sí, pero no uno que manejáramos a diario el resto de los mortales. No deberías avergonzarte si no te queda muy claro de qué se trata esta noticia, le sucede a muchos y por eso queremos intentar explicarlo en términos simples.
¿Qué son las ondas gravitacionales?

Las ondas gravitacionales son distorsiones en el espacio-tiempo. Para entender cómo funcionan, puedes imaginar al espacio como una gran sábana estirada unos metros sobre el piso. En principio, sería perfectamente plana, pero si apoyas algo sobre ella, en especial algo con mucha masa, la zona alrededor de ese objeto se hundiría. Pon algo de masa menor a su lado, y no se quedará quieto, sino que será «atraído» por el objeto más grande. De cierta manera, esto es similar a lo que sucede con la gravedad.
Ahora, imagina que ocurre en el universo un suceso que libere mucha energía. En nuestra metáfora, podríamos equipararlo con tirar un objeto muy pesado. No solo la sábana alrededor de este objeto se hundiría, sino que el impacto se sentiría en toda su extensión. Se generarían ondas que recorrerían todas las sábanas. Podríamos imaginar que estas son las ondas gravitacionales.
- Ver también: «¿Qué son las ondas gravitacionales?»
¿Cómo se detectaron las ondas gravitacionales?

Hace mucho tiempo (en una galaxia muy, muy lejana), sucedió uno de estos sucesos capaces de generar enormes ondas gravitacionales. Se trató de la colisión de dos agujeros negros. Ahora bien, las ondas gravitacionales que llegan a la Tierra se ven bastante disminuidas y no son nada fáciles de detectar.
En teoría, los físicos sabían que estas ondas tenían que causar que el espacio se expandiera y contrayera y eso debía poder medirse, solo que jamás se había logrado. Ahora, la distorsión de la que hablamos es pequeña, muy pequeña, detectarla no iba a ser nada simple.
De hecho, para lograrlo, los científicos debieron construir un observatorio gigante y con «sensores» extremadamente sensibles. Estos consistían en dos tubos en «L», por los que viajaría un rayo de luz. Los tubos estaban alineados de forma que los rayos de cada uno de ellos se anularan y no llegaran a ser detectados. Cualquier distorsión, sin embargo, por más pequeña, interferiría con esta alineación y haría que se produjera una señal de luz detectable.
Esto fue exactamente lo que sucedió. Los científicos lograron determinar qué tipo de señal esperaban obtener en caso de lograr detectar ondas gravitacionales y eso fue exactamente lo que obtuvieron. Habiendo descartado otros factores que podrían haber causado la distorsión, la conclusión fue clara: se había confirmado la existencia de ondas gravitacionales.
¿Por qué son tan importantes?
Cuando los titulares dicen que se confirmó la existencia de ondas gravitacionales es porque, en realidad, técnicamente no se descubrieron. Esto es, aunque no se habían detectado, los científicos ya sabían de su existencia. Hace 100 años, Albert Einstein las había predicho dentro del marco de su teoría de la relatividad.
Esa teoría ha sido usada como base para muchos de los avances que desde entonces de han realizado en el mundo de la física. Las ondas gravitacionales se han tomado como algo dado, pero todo esto se ha realizado sin saber si realmente existían. Si la conclusión del experimento hubiese sido que las ondas gravitacionales no existen, mucho de lo que ha logrado la física moderna en el último siglo se habría desmoronado.
Pero la importancia de este descubrimientos no solo se debe a lo que habría pasado si no se hubiera logrado, también tiene que ver con lo que significa de cara al futuro. Poder detectar ondas gravitacionales nos abre otra ventana al universo, es una nueva forma de ver y entender lo que allí sucede. En otras palabras, abre toda una nueva gama de posibilidades para la ciencia. Es por esa razón que algunos de los físicos más prominentes han hablado de una «nueva era» para esta ciencia.









