Según la ciencia, mujeres y hombres sienten las emociones de la misma manera

Tendemos a pensar que “las mujeres son de Marte y los hombres son de Venus”, que no tenemos mucho en común, sobre todo en la manera en la que lidiamos con las cosas y procesamos la información, ya que las mujeres tendemos a ser más emocionales y empáticas, y los hombres tienden a ser más agresivos y sexuales.

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Pero ahora un nuevo estudio realizado por investigadores de la Universidad Rosalind Franklin de Ciencia y Medicina, reveló que no hay casi diferencia entre la amígdala (la porción pequeña del cerebro) de hombres y mujeres.

¿Qué es la amígdala?

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La amígdala es la parte del cerebro responsable de las emociones, empatía, agresión y excitación sexual.

Si bien pensábamos que hombres y mujeres eran completamente diferentes en estos aspectos, el estudio sugiere lo contrario. 

Hasta hace poco, se solía creer que la amígdala femenina era desproporcionadamente más pequeña que la masculina, y a eso se le atribuían las diferencias emocionales entre los sexos.

Similitudes y diferencias

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Pero ahora los investigadores han analizado decenas de estudios de resonancia magnética de los últimos 30 años, buscando comparar y contrastar las amígdalas femenina y masculina.

Los análisis de las medidas cerebrales revelaron que en realidad son bastante similares y que no hay una diferencia entre el cerebro masculino y cerebro femenino.

En cuanto a la diferencia de tamaño, el estudio examinó 58 comparaciones de tamaño de amígdala diferentes en grupos de mujeres y hombres sanos.

Y encontró que la amígdala masculina es 10 % más grande que la femenina, pero que eso tiene que ver con el mayor tamaño del cuerpo masculino y no con las emociones, como se creía.

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Dado que el cerebro masculino es entre 11 y 12 % más grandes que el femenino, es normal que la amígdala del cerebro también lo sea.

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Para los científicos a cargo del estudio las diferencias son insignificantes, y no hay diferencias a la hora de sentir las emociones en hombres y mujeres.

Si la teoría anterior nos servía para comprender mejor el universo de los géneros, ¡claramente necesitamos otra teoría!