El ser humano suele prestar mayor atención a sus errores y fracasos. En cambio, cuando logramos algo, siempre tendemos a minimizarlo, buscarle los defectos o desvalorizarlo.
Según la ciencia, esta es la razón por la que deberíamos anotar todos nuestros logros (por más chicos que sean)

Para muchos, quizás se deba a la educación en el hogar, donde muchas veces los padres con las buenas intenciones de desafiar a sus hijos, son demasiado exigentes y no reconocen los logros individuales. Además, en la sociedad estamos constantemente comparándonos, siempre hay alguien que hace más o mejor las cosas. Entonces nuestros logros, en comparación, comienzan a parecernos insignificantes.
Sin embargo, los logros son individuales, deberíamos reconocerlos y darnos tiempo de sentirnos bien al respecto. Por lo tanto, la ciencia explica que escribir los logros de cada día, por más pequeños e insignificantes que puedan parecernos, podría ayudarnos mucho.
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El principio del progreso

En un estudio realizado por la Escuela de Negocios de Harvard, dos científicos analizaron 12 mil diarios de trabajo de 238 empleados de varias empresas distintas. Esto lo realizaron con el propósito de entender mejor el efecto de las emociones y los niveles de motivación en el trabajo sobre la vida de las personas. Como la ciencia explica, las emociones en el ambiente de trabajo son cruciales para determinar las motivaciones y percepciones de una persona.
Según observaron, de todo aquello que nos genera emoción o motivación durante el día de trabajo, la más importante es hacer progresos. Además, cuanto más una persona experimenta un sentido del progreso que está realizando, más posibilidades tiene de ser productiva y creativa en un futuro. Incluso un pequeño progreso cambia el modo en que la persona se siente y cambia su desempeño.
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Registrando el progreso

Según los investigadores, el progreso no solo importa cuando es algo a gran escala y sumamente exitoso, que de hecho solo suceden en pocas ocasiones. En cambio, son los pequeños progresos en el día a día que nos permiten alcanzar la sensación de que avanzamos.
La práctica de registrar los progresos puede aumentar nuestra confianza, y esto a su vez nos ayuda a trabajar mejor y animarnos a progresar más aún. A nivel molecular, los progresos, no importa que tan mínimo sea, activan el circuito de recompensa en nuestro cerebro. Es entonces que la ruta de señalización que se activa libera químicos que nos hacen sentir orgullosos y conformes. Uno de los químicos es la dopamina, que nos permite alcanzar esa sensación de recompensa y nos motiva a repetir la misma acción para volver a sentir esa sensación.
Por lo tanto, una acción tan simple como anotar todos los días tus logros puede tener un gran beneficio en tu confianza y mejorar así todo aspecto de tu vida, incluido tu desempeño en el ámbito laboral.
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