¿Sabías que tu sudor guarda toda esta valiosa información sobre ti?

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Quizá esté tocando a su fin la era en la que hemos desperdiciado el sudor.

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Aunque no lo huelas, estamos sudando todo el tiempo

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Los seres humanos no dejamos de sudar ni siquiera cuando estamos deshidratados. Tenemos cerca de 3 millones de glándulas sudoríparas que nunca están totalmente inactivas. Excluyendo a las personas afectadas por hiperhidrosis, que es la excesiva producción de sudor, la sudoración es una respuesta al balance térmico del organismo y es más intensa mientras mayor es nuestro gasto de energía.

Como incluso en total reposo el metabolismo basal del cuerpo hace un gasto energético, siempre sudamos algo ociosamente, aunque sea imperceptible a los sentidos. Esa indolente sudoración podría estar a punto de terminar, de tener éxito unos gadgets en periodo de prueba para controlar parámetros corporales analizando el sudor.

Un subproducto ignorado

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No deja de extrañar que de todas las secreciones del cuerpo, una de las pocas que se produce de manera continua esté entre las menos utilizadas para monitorear la salud. Ya sabes que las heces y la orina, dos de las tres estrellas de los exámenes de laboratorio clásicos, son de generación discontinua y de desagradable recolección.

La tercera estrella, la sangre, precisa en el mejor de los casos de un molesto aguijonazo, por lo menos hasta que se generalicen los nuevos métodos que no recurren al pinchazo.

Otros fluidos corporales menos estudiados, como los mocos, las lágrimas y el líquido menstrual, tampoco son de emisión seguida o son de más difícil acopio. Quizá la única emisión comparable al sudor en cuanto a disponibilidad permanente es la saliva.

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La principal limitación que presentaba el sudor, que era su captación cuando no estamos sudando abiertamente, ha sido resuelta por unos sensores capaces de habérselas con mínimas cantidades de sudor en la piel, conectados a un dispositivo al modo de un smartphone, que hace las veces de cerebro o de laboratorio.

Un 1 % que tiene mucho que contar

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El sudor es casi todo agua, pero es en la pequeña fracción restante donde están las principales posibilidades de información sobre el funcionamiento del cuerpo. En ese pequeño 1 % hay sodio (Na), potasio (K), magnesio (Mg), calcio (Ca), cloro (Cl), urea, amoníaco, ácido láctico, ácido pirúvico y otros compuestos.

El prototipo del sistema, diseñado por investigadores de las Universidades de Berkeley y de Stanford, está formado por una especie de pulsera que lleva los sensores incrustados en una banda de plástico y el smartphone que almacena y procesa la data.

El sistema trabaja analizando las micro corrientes eléctricas que se generan en los sensores por la actividad química de los compuestos del sudor. Los iones de sodio y de potasio tienen la particularidad de que aumentan el voltaje, mientras que a mayores cantidades de glucosa y de lactato, más elevada es la intensidad de corriente.

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Como todas las reacciones están influidas por la temperatura corporal, el sistema incorpora los factores de ajuste por temperatura. Toda una fascinante combinación de tecnologías que ha suministrado información sobre algunos parámetros de salud de las 14 personas que integraron el grupo de la primera prueba piloto.

¡A sudar!