Gracias al paciente y laborioso trabajo de los paleontólogos en todo el mundo, la lista de especies de dinosaurios que conocemos es más y más grande cada año y parece no tener fin. Aunque todos los dinosaurios son fascinantes, estarás de acuerdo con nosotros en que hay algunas especies que resultan particularmente atractivas por alguna razón particular, siendo este el caso de los tiranosaurios, quizás por estar entre los carnívoros más grandes de la historia de la Tierra. Pues bien, según se acaba de anunciar, acaba de ser descubierta una nueva especie de tiranosaurio, nada más y nada menos que en el Ártico, pero no se trata de una simple especie más, sino de un interesante tiranosaurio pigmeo.
¿Sabías que existió una especie de tiranosaurio pigmeo?

Descubrimiento del tiranosaurio pigmeo
El nuevo tiranosaurio, cuyos restos fueron descubiertos en el año 2006 en el norte de Alaska, en pleno Círculo Polar Ártico, ha recibido el nombre de Nanuqsaurus hoglundi según se publica en la revista científica PlosOne.
Aunque las piezas fósiles encontradas son solamente tres partes incompletas del cráneo de un ejemplar (un fragmento de la cara, uno del maxilar y otro de la parte superior del cráneo), esto ha sido suficiente para que los experimentados paleontólogos del Museo Perot de Naturaleza y Ciencia de Dallas, en el estado norteamericano de Texas, determinaran que se trataba de una nueva especie para la ciencia, y más aún, de un tiranosaurio.

Este animal, según ha sido datado, vivió hace aproximadamente 70 millones de años y su cráneo medía alrededor de 60 cm de largo, lo cual es bastante menor que el de sus primos los Tyrannosaurus rex, cuyo cráneo podía alcanzar hasta un metro y medio. Es por ello que esta nueva especie puede ser considerada sin dudas un pigmeo entre esta familia de populares depredadores/carroñeros.
¿Cómo podía sobrevivir un dinosaurio en el frío del Ártico?
Seguramente, te preguntarás cómo es posible que el tiranosaurio pigmeo pudiera vivir en un sitio tan frío e inhóspito como el norte de Alaska. Pues bien, según los expertos, esta región del mundo durante la época en que vivieron estos reptiles (el Cretácico) tenía un clima mucho más cálido que el de ahora, de tal manera que podría considerarse un clima templado. Esto provocaba que los inviernos no fueran tan crudos como lo son en la actualidad, que resulta casi imposible para la vida de la mayoría de las especies de reptiles actuales.
No obstante, algo sí era similar a lo que ocurre hoy, y es el régimen de luz estacional, en el que los inviernos se traducen en largas noches y el verano en días de luz perenne. La clave para sobrevivir a esta particularidad según plantean los científicos está en su tamaño, el cual puede ser una respuesta adaptativa a las condiciones de vida en esta latitud. De esta manera, la reducción de la masa corporal podría haber sido mucho más adecuada para sobrevivir a las variaciones extremas a lo largo del año, donde como norma durante la mitad del mismo habría una menor disponibilidad de alimentos.

(Comparación del tiranosaurio pigmeo [A] con el tiranosaurio Sue [B] y Albertosaurus sarcophagus [E], entre otros)
Por otro lado, también es posible que experimentaran cambios fisiológicos y conductuales parecidos a los de muchos animales que habitan actualmente en estas regiones, como la hibernación. Esto no ocurriría en latitudes más bajas de una manera regular, lo cual seguramente permitió que sus primos crecieran mucho más y se convirtieran en temidos gigantes entre los dinosaurios.
Por cierto ¿sabes si es cierto que los grandes tiranosaurios tenían plumas?









