Era solo cuestión de tiempo para que el presidente filipino cediera ante la presión y reconozca su error al compararse con uno de los genocidas más grandes de la historia. Rodrigo Duterte había dicho querer ser como Adolf Hitler para acabar con 3 millones de personas, solo que en lugar de judíos serían sus propios compatriotas filipinos en estado de drogadicción o vinculados al narcotráfico.
Rodrigo Duterte se disculpó ante la comunidad judía por su comparación con Hitler
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Ahora en frío, el mandatario asumió que se excedió en los comentarios y no debió jamás compararse con Hitler, y menos minimizando la importancia que tuvo su figura para el pueblo judío. Sin embargo, volvió a afirmar su lucha contra las drogas y sus consecuencias, pero dejando en claro que políticamente no tiene nada que ver con el partido Nazi y reprueba la discriminación racial y la xenofobia.
En los 3 meses del gobierno de Duterte, o como se lo conoce popularmente, "el castigador", ha acabado con más de 3000 personas en su lucha contra los narcos, y cada día que pasa aumenta la apuesta en esa cruzada.
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Si bien su triunfo electoral tuvo esta guerra como buque insignia, todavía varias organizaciones internacionales le cuestionan su accionar, y seguramente seguiremos teniendo este tipo de comentarios fuera de lugar, sean sacados de contexto o producto de una expresión de deseo notoria en la figura del presidente de Filipinas.
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