¿Qué rol deberían cumplir los esposos de las presidentas?

Cuando Hillary Clinton fue candidata en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, uno de los tantos debates que despertó su posible elección fue cómo lo llamarían a Bill Clinton, su marido y expresidente.

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La historia cambió de rumbo y Bill Clinton no llegó a acompañar a su mujer al mando. Sin embargo, nos ha dejado pensando acerca de las diferencias entre mujeres y hombres en este rol tan peculiar...

La historia y la función de la «primera dama»

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La expresión «primera dama» fue utilizada por primera vez en Estados Unidos en 1877 por una periodista para referirse a Lucy Hayes, esposa del presidente Rutherford B. Hayes. Con el tiempo, el término comenzó a asentarse hasta volverse de uso común.

El rol de la primera dama consiste en  cumplir funciones de carácter protocolar, desde acompañar al presidente en viajes y recepciones hasta participar en instituciones de gobierno, que son por lo general benéficas o sociales.

Diferencias de género en un mismo rol

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En Latinoamérica, por ejemplo, de las mujeres mandatarias, Michelle Bachelet y Dilma Rousseff son divorciadas, Laura Chinchilla de Costa Rica es casada y Cristina Fernández de Kirchner es viuda pero su esposo, el también expresidente Néstor Kirchner, llegó a acompañarla en el inicio de su mandato.

Sin embargo, el rol de «primer caballero» todavía no se ha convertido en una expresión claramente delimitada y utilizada. Los hombres todavía están encontrando su lugar en un rol que antes era impensado.

Pero la concepción del hombre como primer caballero es diferente a la de la primera dama, ya que esta última también supone ser esposa y madre. En este último sentido, el rol de la primera dama viene con una connotación de mujer anfitriona, cuidadora de su familia o incluso como la mente maestra que impulsa a su marido a grandes logros.

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Los esposos que se alejan de la política

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A diferencia de las primeras damas que deben cumplir con su rol durante el mandato de sus maridos, hay hombres que se mantienen alejados de la carrera política de sus mujeres. Un claro ejemplo es el de Angela Merkel y Joachim Sauer, profesor de química de la Universidad Humboldt.

Lejos de ser una figura activamente política, como Michelle Obama durante el mandato de su esposo, Sauer se mantiene centrado en su carrera y opta por no tomar un rol activo al lado de su mujer. Esto ha generado que los medios lo cataloguen de tímido o hasta maleducado.

Con el tiempo, las mujeres líderes en política han sabido luchar por su lugar. Y para muchos, el rol del hombre apoyando y alentando a su mujer le demuestra a la sociedad que no tienen que haber roles de género establecidos.

Entonces, ¿si la esposa de un presidente hombre recibe el rol de «primera dama», el esposo de una presidente mujer debería ser «primer caballero»? El debate de género en política seguirá existiendo al menos por un largo tiempo. Pero, ¿tú qué opinas?