Esta semana, el diario The Guardian publicó una nota donde mostraba todos los pósters de los shows, festivales y encuentros musicales de 2015 sin los nombres de varones. Y… ¿a que no sabén qué? ¡Quedaban casi vacíos!
¿Qué lugar ocupan las mujeres en el mundo de la música?

Al parecer, el ambiente de la música es otro espacio en el que las mujeres estamos sub-representadas (sumado a las películas, los diarios, las revistas, las publicidades, y van).
¿Por qué? Porque, de nuevo, vivimos en un mundo machista y reproductor de estereotipos de género que nos dice, todo el tiempo y por cualquier medio, que no sabemos hacer cosas que no estén relacionadas con la vida dentro del hogar.
Para ponerlo en números, aunque somos más del 50 por ciento de la población total del mundo, las mujeres representamos sólo el 24% de las personas sobre las que lee en la prensa escrita o se escucha en la radio y la televisión. En un mundo que nos representa de esta manera, ¿qué se podía esperar del mundo de la música?
Según el mismo diario, en muchos listados de música las mujeres artistas dominan el espectro, pero los festivales de música británicos de este año estuvieron compuestos en un 86% por varones. En el festival Creamfields, por ejemplo, las mujeres son virtualmente invisibles, con un 3% de aparición en los posters donde se publicitan a lxs artistas del show.
Las industrias mediáticas siguen siendo ámbitos dominados por varones y el ambiente de la música no es la excepción. ¿Qué hacemos con esto? De todo. Empecemos por visibilizar el problema, dejar siempre el Radar Feminista encendido, demandar mejor tratamiento en los medios, concientizar sobre el daño que este recorte generizado nos hace a nosotrxs y a las generaciones por venir.
¿Todavía no te parece que este sea un problema? Mirá el video que hizo la organización estadounidense “ The Representation Project” para demandar mejor tratamiento de las mujeres en los medios este año. Y, si aún no nos creés, el documental Miss Representation te lo explica clarito.
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Estudié Comunicación en la Universidad de Buenos Aires y me posgradué en Comunicación y Género. Publiqué dos libros de ficción y trabajo como redactora y consultora en comunicación. Soy feminista y creo que los medios pueden cambiar el mundo.






