El tema de la economía no es uno que se me dé particularmente bien. Es brutalmente aburrido y lo adornan con terminologías tan complicadas que lo que provoca es darse la vuelta y decir "Sí, lo que sea". Lo que probablemente sea el objetivo.
¿Qué hizo Asia Oriental para reducir la pobreza extrema de 60% a 3.5% en dos décadas?
Pero un reporte como el ofrecido a principios de octubre por el Banco Mundial, con semejantes cifras de reducción de pobreza extrema, es imposible de resistir: Entre 2012 y 2013 la pobreza extrema se redujo por 114 millones de personas. Y ese no es el mayor número en años recientes, entre 2010 y 2011 la pobreza global cayó por 132 millones de personas.
Para ponerlo en una perspectiva más abierta, porque esos claramente son dos casos excepcionales, entre 2008 y 2013 la pobreza cayó en un promedio de 80 millones de personas por año. Esto igual es un resultado fantástico.
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Pero la distribución de esos avances no fue en absoluto equitativa. La mayoría del progreso ocurrió en Asia Oriental y África Subsahariana presentó el menor avance. Aunque en general el mundo entero vivió una reducción de pobreza desde 1990 hasta 2013.
En 1990 la pobreza extrema representaba casi el 60% de la población mundial. En 2013, se había reducido a casi el 10%
Sin embargo, el mismo reporte del Banco Mundial pronostica que este monumental avance va disminuir. Una de las razones para esto es que en los 90 la mayoría de las personas pobres vivían en Asia Oriental, ahora la mayoría de los pobres se encuentran en África Subsahariana, el lugar de menor progreso.
Si esa región no mejora en la reducción de los índices de pobreza, el avance en la lucha para erradicarla disminuirá.
La otra razón es la que ya era un problema en los países ricos, y que ahora cada vez se ve más en países que van vía al desarrollo: La desigualdad. Así que como esos países no encuentren la forma de distribuir más equitativamente los ingresos y de compartir el crecimiento económico con la población pobre, definitivamente se mermará el progreso.
El Banco Mundial marcó un límite con el objetivo de reducir, hasta menos del 3%, la pobreza para 2030. Las Naciones Unidas tienen una meta aún más ambiciosa, la de eliminar la pobreza por completo. Y si somos capaces de mantener el ritmo que tuvimos por 20 años, no es una meta tan descabellada.
El problema es la predicción de que las zonas que menos han progresado no tengan a la vista soluciones tangibles. Como es el caso de África Subsahariana y Asia del Sur.
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La clave para acelerar la pobreza es la redistribución. La economía y los mercados no van a dar los pasos por sí mismos. Estas cosas requieren la intervención de los gobiernos, y la clave está en la redistribución, porque lo que este documento del Banco Mundial revela es que cada vez que los países han usado ese enfoque, ha funcionado.
¿De qué se trata la redistribución? Bueno, por ejemplo cuando los gobiernos expanden el acceso a los servicios, como salud, educación, agua, sanidad. El desarrollo de la agricultura también es un factor importante.
Pero de nada sirven estos programas gubernamentales si son solo una cortina de humo y no se mantienen. Es decir, se ven muy lindos como parte de una campaña electoral, y comienzan a dar resultado casi inmediatamente, pero si son abandonados una vez terminada la campaña, pues se revierten los efectos.
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