Prohibición del burkini en Francia: ¿protección o estigmatización?

El burkini fue creado 2003 por la diseñadora australiana Aheda Zanetti

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Los burkinis, es decir, los trajes de baño que cubren todo el cuerpo de la mujer, ya “no son bienvenidos” en Villeneuve-Loubet, Francia. Así lo aseguraron las autoridades de la comunidad de la Riviera Francesa, que decretaron la prohibición del atuendo, que es utilizado por la comunidad musulmana. Aunque alegaron razones higiénicas (que no están muy claras) en esta nueva medida, el decreto supone una forma de socavar el derecho de las mujeres.

El alcalde de Cannes,  David Lisnard justificó la decisión alegando que esta prenda de baño "muestra de forma ostentosa la afiliación religiosa" y esto "podría alterar el orden público", haciendo referencia a la asociación que erróneamente se hace de la religión con los movimientos terroristas. Lisnard, dijo que la medida ha sido implementada  “para garantizar la seguridad de mi ciudad en el contexto de estado de emergencia” que atraviesa Francia, tras ser objetivo de ataques terroristas en el último tiempo. 

Villeneuve-Loubet, Cannes y Sisco hoy en día han vetado el uso de este traje de baño. 


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Pero... ¿qué es un burkini?

Este traje de baño, que fue diseñado pensando en las mujeres musulmanas, solo deja al descubierto la cara, las manos y los pies. Inspirada en los diseños de burka -vestimenta utilizada por mujeres del Medio Oriente- y bikini (por eso su nombre), el burkini fue creado en 2003 por  Aheda Zanetti, una diseñadora australiana de origen libanés.

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Su creadora diseñó esta prenda con el objetivo de brindarle a las mujeres musulmanas la posibilidad de elegir su participación en deportes, actividades de playa y al aire libre, con confianza y comodidad. 

Un objetivo pragmático, un diseño simple, una intención clara: "Libertad, flexibilidad y confianza". Así lo dice Zanetti en su sitio web.

El Islam no es sinónimo de violencia

Este hecho va más allá de la noticia en sí misma, pues debe ser interpretado como una representación del conflicto ideológico, político y religioso que enfrenta hoy al extremismo musulmán del Medio Oriente con las principales potencias del mundo occidental. Las vestimentas, la música y otros elementos propia de cada cultura, muchas veces chocan con las culturas locales cuando se pasa de una sociedad a la otra, generando miedo e incertidumbre.  

Actos intolerantes como la prohibición del burkini, no solo es discriminatoria, sino que además va en contra de los establecido por el artículo 9 de la Convención Europea de Derechos Humanos, que garantiza la libertad de pensamiento, conciencia y de religión. Esto implica la libertad de cambiar de religión o de convicciones, así como la libertad de manifestar su religión o su convicciones individual o colectivamente, en público o en privado, por medio del culto, la enseñanza, las prácticas y la observancia de los ritos. 

Es momento de perder el temor a lo que nos resulta diferente. Distinto no es sinónimo de peligro. En este sentido, es preciso de darse cuenta que los ciudadanos musulmanes son integrantes de la sociedad de la misma manera que un italiano cristiano o un inglés judío.