Esta es la letra de la canción que Bob Dylan le dedicó a Rubin Hurricane Carter, un famoso boxeador estadounidense. Si bien los que saben del tema afirman que fue un gran luchador, la mayor pelea a la que se enfrentó ocurrió fuera del ring: pasó 19 años de su vida preso por un crimen que no cometió.
Por un mundo más justo: conoce la historia de Hurricane, el boxeador inocente que estuvo preso 19 años

«Here comes the story of the Hurricane / The man the authorities came to blame / For something that he never done / Put in a prison cell, but one time he could-a been / The champion of the world» («Aquí va la historia del Hurricane / el hombre culpado por las autoridades / por algo que nunca hizo / lo pusieron en una celda, pero alguna vez pudo haber sido / el campeón del mundo»)
El episodio ocurrió en la ciudad de Paterson, Nueva Jersey, en la década de los 60. Por ese entonces la ciudad se caracterizaba por una marcada segregación racial, y muchos alegaron que la condena de Rubin Carter tuvo un fuerte componente racista. Entre quienes apoyaron esta postura se encuentra Bob Dylan, quien, además, colaboró con un movimiento que abogaba por la libertad de Carter donando la recaudación de sus conciertos a la causa.
La historia detrás de un triple homicidio
Los hechos ocurrieron el 17 de junio de 1966. A las 2.30 a. m., dos hombres ingresaron al bar Lafayette, ubicado en la ciudad de Paterson, y asesinaron a tres personas, dos hombres y una mujer. Quienes presenciaron el crimen no tenían una descripción clara de los atacantes, solamente coincidían en que eran dos hombres negros.
Esa misma noche Carter viajaba en su auto con dos amigos cuando fue detenido por la policía. Sin embargo, los oficiales rápidamente los descartaron como sospechosos y los dejaron ir porque había tres personas en el auto, y no dos. Pero la historia no terminaría ahí. Más adelante Carter y John Artis (uno de sus amigos) serían detenidos nuevamente. Sin embargo, los dejaron el libertad luego de que los testigos no pudieran reconocerlos como los atacantes.
El juicio
Entre las aristas más polémicas de las condenas de Carter y Artis se encuentra el hecho de que los únicos testigos en identificarlos como los asesinos fueron Alfred Bello y Arthur Dexter Bradley, dos hombres que habían sido arrestados por la policía mientras intentaban robar una fábrica de la zona y habían ofrecido su testimonio como testigos del triple homicidio a cambio de una reducción en su sentencia.
Finalmente, el jurado (compuesto únicamente por personas blancas) determinó que Carter y Artis habían sido, de hecho, los perpetradores del crimen, y sentenció a Hurricane a una pena de prisión que iba desde los 30 años hasta cadena perpetua.
Un recluso ejemplar

Ya en prisión, muchos dicen que Carter fue un recluso modelo. Pasaba la mayoría del tiempo en su celda, donde leía sobre derecho, filosofía y metafísica. Hurricane gozaba de la admiración de los demás reclusos gracias a su pasado como boxeador y en 1971 usó esa simpatía para detener un motín. Uno de los guardias afirma que Carter le salvó la vida con su intervención. Además, en 1974, aún en prisión, escribió su autobiografía, The Sixteenth Round. Por medio de esta, celebridades de la talla de Muhammad Ali y Bob Dylan conocieron su historia y se unieron a la causa.
Libre, al fin

En 1985, 19 años después de su condena, un jurado federal emitió una sentencia en la que consideró que los juicios anteriores habían sufrido de vicios y que los testimonios de aquellos que reconocían a Carter como autor del crimen no eran consistentes. Luego del juicio, Carter recobró, por fin, la tan ansiada libertad.
Hurricane pasó los últimos años de su vida en Canadá. En 2004 fundó Innocence International, una asociación civil que busca luchar contra las inequidades del sistema judicial estadounidense. A esta cruzada se sumó su amigo John Artis, quien también fue condenado injustamente y más tarde liberado.
En 2011 escribió su segunda autobiografía, Eye of The Hurricane, que contó con un prólogo de Nelson Mandela. Rubin Carter defendió los derechos de reclusos que fueron condenados a pesar de su inocencia hasta 2014, año en el que falleció como consecuencia del cáncer de próstata a sus 76 años de edad.
De los 60 a la actualidad

Historias como las de Hurricane no son cosa del pasado. Según datos difundidos por la National Association for the Advancement of Colored People ( NAACP), en Estados Unidos es 5 veces más probable que un afroamericano termine en la cárcel a que un blanco lo haga. Por otra parte, en los últimos tiempos se reiteraron los casos de violencia policial contra afrodescendientes en el país norteamericano, algo que el movimiento Black Lives Matter quiere combatir.
La situación es similar en América Latina. Si bien cada país tiene una realidad diferente, las minorías raciales son las que predominan en las cárceles del continente.
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Por un futuro más justo
Construir una sociedad en que el sistema judicial sea, realmente, una institución que garantice nuestro ideal de justicia comienza por un cambio de paradigma. Para esto, es importante cuidar la construcción simbólica que como sociedad hacemos de determinadas temáticas, como la raza, el racismo y las personas que delinquen en general.
Todos queremos una sociedad más justa y, para lograrlo, tenemos un largo camino por delante. El primer paso sería tomar conciencia y comprender el problema en toda su complejidad. Es la única manera de avanzar hacia una sociedad más justa en la que nuestro color de piel, género o creencia religiosa no sea un factor determinante en ningún sentido.
Por último, me gustaría terminar el artículo con unas palabras del Huracán:
«Me sorprendería encontrar un Paraíso luego de esta vida… Pero vivir en un mundo donde la verdad importa y la justicia, aunque tarde, de verdad llegue, ese mundo sería paraíso suficiente para todos nosotros».






