Es de conocimiento popular que todos tenemos huellas dactilares diferentes. No existe una similar a otra, es como nuestro sello de autenticidad. ¿ Pero para qué sirven las huellas dactilares? No pueden ser simplemente un código de barras de la humanidad.
¿Por qué tenemos huellas dactilares?

Las huellas dactilares no siempre se pensaron únicas. Quien descubrió la originalidad de las huellas dactilares fue el antropólogo Francis Galton en 1892. Galton, tras una extensa investigación, llegó a la conclusión de que la probabilidad de que una huella se repitiera era de aproximadamente 1 en 64 billones. No hay que ser muy listo para darse cuenta de que habiendo 6.000 millones de personas en el mundo la oportunidad de que se repitan es más que imposible.
Existen varias teorías sobre el porqué de las huellas. Una de ellas dice que estas tienen la función de mejorar el sentido del tacto. Una investigación llegó a la conclusión de que en los lugares donde no tenemos huellas dactilares se nos hace más difícil reconocer texturas que donde sí las tenemos.
Así como una superficie corrugada en un zapato nos ofrece mejor agarre con el suelo, las huellas dactilares también parecen tener esa función, poder tomar cosas con más facilidad.
Las huellas también permiten que la piel se estire y se retraiga de mejor manera. Así, si tenemos una herida o algún daño, la piel pueda regenerarse de mejor manera.









