Las rupturas amorosas apestan. Tal vez fue la mejor decisión después de meses de conflictos o tal vez se dio porque te dejaba en visto demasiadas veces en Whats y ya no quisiste soportarlo. No importan las razones: cortar con una pareja y seguir con nuestras vidas normales es difícil.
¿Por qué rompemos las cosas de nuestro ex? No es nada de lo que te imaginas, según la ciencia

Cada persona tiene un método para lidiar con esta situación. Entre los pasos más comunes está llorar, escuchar canciones tristes, salir de paseo y ponernos como prioridad. No nos vas a dejar mentir al decir que es muy probable que dentro de ese proceso de duelo romper las cosas de nuestros exes es un acto de lo más común y catártico.
Destrozar fotografías, regalar peluches y tirar a la basura esa chamarra con la que dormías. Deshacernos de los regalos viejos de la relación para evitar recordar a aquella persona es una táctica obvia para superar una ruptura. Pero la manera que escogemos para sacar esos objetos de nuestra vida sigue un razonamiento que seguro no esperabas: el pensamiento mágico.
¿Qué? ¿Cómo? ¿Qué tiene que ver la magia?

El pensamiento mágico no abarca sólo a los niños que se sorprenden cuando un ilusionista saca un conejo del sombrero o a las tribus que danzan para que caiga la lluvia. Lo que Matthew Hutson explica en su libro The 7 Laws of Magical Thinking es que incluso el más escéptico recurre a rituales mágicos en su vida diaria, aun sin darse cuenta.
« Cuando tú haces alguna acción simbólica o realizas algún ritual simbólico, tiendes a pensar que este traerá justo lo que simboliza», explicó el periodista especializado en neurociencia cognitiva. El mundo tangible gobernado por las leyes de la Física nos acostumbró a que cada acción tiene una reacción. Es posible que debido a esa lógica esperemos que cualquier acto, aunque sea simbólico, tenga las mismas consecuencias.
Hutson retoma como ejemplo un experimento que demostró que las personas sudan más cuando rompen una fotografía de un querido objeto de la infancia. El especialista cree que esto se debe a la dificultad que tiene el cerebro de separar las apariencias con la realidad. Así, cuando piensas en quien te rompió el corazón mientras rompes sus fotos, en el fondo crees que ese daño también se lo provocas a él.

En su artículo Craps and Magic, James M. Henslin expuso otro ejemplo de cómo los seres humanos recurrimos a la magia sin darnos cuenta. El sociólogo descubrió que quienes son fanáticos de las apuestas tienden a aventar los dados con más fuerza cuando necesitan conseguir un número mayor. De nuevo, el cerebro tratando de encontrarle sentido a la vida.
Una conclusión importante del libro de Matthew Hutson es que el pensamiento mágico ha sido tan útil en la evolución humana que por eso pareciera ser imposible sacarlo de nuestros cerebros. De hecho, este tipo de razonamiento "irracional" nos permite vivir de manera racional: nos ayuda a creer que tenemos un propósito en este mundo y a seguir con la vida a pesar de la inminencia de la muerte.
La próxima vez que quemes tus antiguas cartas de amor o le pintes un diente negro a la foto de tu ex (o de quien sea que no te agrade), lo creas o no, serás partícipe de una antigua tradición mágica que probablemente no nos abandone jamás.
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