Por qué NO se debería bajar la edad de imputabilidad en Argentina (y cuál es la solución)

Hay quienes creen que el endurecimiento del sistema penal es la solución para disminuir los delitos, sin poner atención en que las problemáticas de este tipo deben ser analizadas desde su raíz, y sus soluciones, diseñadas a largo plazo. De hecho, está comprobado que bajar la edad de imputabilidad no disminuye la comisión de homicidios. 

PUBLICIDAD

Entrevistamos a María Elena Naddeo, Directora General de Niñez, Adolescencia y Género de la Defensoría del Pueblo (CABA) e integrante de la APDH (Asamblea permanente por los derechos humanos) sobre su postura en el debate sobre la  baja de la edad de imputabilidad.

Para leer, informarse y pensar.

¿Por qué considera que no se debería bajar la edad de imputabilidad?

Bajar la edad de imputabilidad no resuelve el problema de la comisión de homicidios, ya que está demostrado que en los países donde la edad de punibilidad es menor no ha disminuido la violencia. Por otro lado, la incidencia de las agresiones cometidas por chicos menores de 16 años es muy reducida, no es una problemática que tenga peso en el mapa general de la inseguridad.

Implicaría además una regresión en conquistas sociales y derechos adquiridos. En los territorios donde hay activa presencia del estado con educación, salud, deportes, cultura, es posible la prevención del delito y de las adicciones. Sería lamentable que las comisarias vuelvan a poblarse de adolescentes en banda de las barriadas humildes, fortaleciendo los sistemas de criminalización – policía y justicia penal – con recursos que deberían estar destinados a las políticas sociales.

¿Cuántos casos de asesinato o violaciones hay en menores de 16 años?

Toda la información estadística coincide en que la participación de menores de edad y en especial de menores de 16 años es excepcional. En 2016 el único crimen cometido por un adolescente de 14 o 15 años sería precisamente el de Brian Aguinaco, delito terrible que ahora es utilizado por el gobierno para incorporar en la agenda publica el tema de la edad.

PUBLICIDAD

>> El gobierno pretende bajar la edad de imputabilidad de 16 a 14 años

Imagen Shutterstock

¿Cuáles son las posibles causas por las que un joven sale a robar?

En los casos de tentativa de robo y/o tenencia de sustancias, las causas están fundadas en problemáticas sociales vinculadas con la desigualdad, pobreza, indigencia y la marginalidad. La brecha de desigualdad social entre los barrios ricos y los barrios pobres en un distrito tan avanzado como la Ciudad de Buenos Aires se acentúa cada vez más.

Territorios del sur de la Ciudad y en el Norte la villa 31 y el Playón de Chacarita tienen una  fuerte presencia de venta de sustancias, fenómeno en el cual están involucrados muchísimos adultos, con cierta connivencia policial denunciada históricamente, y en los cuales los chicos son víctimas primero de las redes que los incorporan al consumo y después a la venta, incluso para pagar el consumo.

Muchos de los delitos de robo tienen su origen en este circuito perverso de angustia adolescente, malestar social, consumo, estrategia de supervivencia. De este sucinto análisis surge la importancia de desarrollar políticas activas de intervención en cada territorio a fin de prevenir el tráfico de drogas y de desarrollar las políticas sociales de inclusión.

¿En qué condiciones se encuentran los Institutos de menores?

Los Institutos de menores son expresiones de una época pasada, deben ser sustituidos por otras modalidades de atención e inclusión.

La medida privativa de libertad debe ser la última instancia por lo cual hay que pensar en un instituto para los casos gravísimos, de dimensiones pequeñas, con espacio suficiente para la capacitación educativa, laboral.

PUBLICIDAD

Hace pocos meses se realizó un abrupto traspaso de los institutos de menores al ámbito de la CABA, pero la oportunidad de nada sirvió. En lugar de debatir, cerrar algunos o abrir otros para mejorarlos, se traspasaron por decreto al ámbito del Consejo de los derechos de niñas, niños y adolescentes, organismo inadecuado y que además atraviesa una fuerte crisis presupuestaria y de recursos humanos colapsados, hoy incapaz de dar respuestas ágiles y eficientes en las medidas de protección.

Debido al pésimo estado de los Institutos mencionados, y a la muerte de algunos de los chicos internados por incendio, la SENNAF prohibió el ingreso de adolescentes no punibles a los mismos. Hecho absolutamente correcto pero que no fue seguido de la puesta en marcha de un programa o dispositivo para el acompañamiento de esos adolescentes.

Imagen Shutterstock

¿Cómo considera que se debería actuar frente a menores de 16 años que cometen delitos?

Es imprescindible desarrollar nuevas políticas públicas de prevención e inclusión.

Lo que se requiere es el diseño de una nueva política pública que permita la inserción social y educativa de los chicos. Un programa con personal sumamente especializado, que articule de manera intersectorial e interdisciplinaria a los equipos de niñez y adolescencia, de los organismos de protección de derechos y de justicia, que pueda moverse con facilidad en los territorios, con uso de vehículos propios, a fin de ir al encuentro de los chicos, proponerles actividades educativas, de capacitación laboral, becas, deportes. 

PUBLICIDAD

Los dispositivos  o programas existentes con esas competencias han sido débiles en su conformación y alcances. No basta con la defensa penal, además de esta importantísima tarea, es necesario ofrecerles alternativas reales y atractivas para salir de los circuitos de marginalidad.

¿Cómo se podría armar una red de contención para que los jóvenes no reincidan?

Hay que tomar en cuenta experiencias valiosas de programas en desarrollo y que por carecer de respaldo presupuestario o institucional han quedado estancados y sin incidencia en la agenda pública, como el Programa de fortalecimiento de vínculos familiares y comunitarios, al programa Lazos y Adolescencia del Ministerio de Desarrollo Social de la Ciudad, entre otros.

A partir de ese análisis será preciso desarrollar nuevos desafíos. En cada comuna se debería organizar una red territorial de abordaje de la inclusión juvenil y adolescente para ir al encuentro de los chicos que abandonan la escuela, sea la primaria y en mayor medida la secundaria. Implica dotar a los profesionales y operadores sociales de recursos en becas, en pasantías, en alojamientos en hogares, en hoteles, en departamentos o casas habilitadas para viviendas juveniles, superando el estrecho criterio burocrático que hoy rige para el otorgamiento de recursos en las políticas sociales. 

En síntesis, ofrecer a los jóvenes que se incorporen a los programas de respaldo suficientes para organizar un proyecto de vida autónomo. Estos son los recursos que la Ciudad de Buenos Aires y el Gobierno Nacional deben disponer, en vez de pensar cuántos juzgados y dispositivos policiales y carcelarios ampliar para “hacer justicia”.

>> No te pierdas: Lo dijo el juez: las chicas que hicieron topless en la playa tenían razón