Observando imágenes de tiburones que habitan las agua del planeta, es imposible que no surja una duda, sin importar nuestra edad: ¿Por qué los tiburones martillos tienen tan ancha la nariz? El resto de sus parientes poseen un hocico estrecho y alargado, muy aerodinámico a la hora de navegar por los mares. Entonces, ¿qué función puede tener esta estructura enorme?
¿Por qué los tiburones martillos tienen tan ancha la nariz?


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Nariz ancha, ¿mejor olfato?
Al parecer la nariz ancha de los tiburones martillo es muy útil a la hora de perseguir a las presas. La distancia que hay entre las fosas nasales ayuda a que el proceso de búsqueda y captura sea más veloz. Los expertos pensaban antes que esta distancia acentuaba el sentido del olfato, pero la idea ha sido desechada.
El mito de los tiburones
Un mito muy famoso que los medios se han ocupado de difundir ―recordemos la película Tiburón― es la idea de que los tiburones poseen un olfato tan agudo que pueden oler la sangre a miles de km de distancia.
Es cierto que poseen unas fosas nasales con receptores sensibles que les permiten detectar distintas sustancias disueltas en el agua, como trocitos de moluscos, sangre, proteínas o feromonas, pero de ahí a tener súper poderes olfativos va un gran trecho.

¿Cómo funciona en realidad el olfato de los tiburones?
En realidad, el olfato de los tiburones funciona basado en una propiedad de los océanos: la turbulencia de las aguas hace trizas cualquier compuesto y sus restos forman especies de parches que flotan a lo largo de estos espacios.
Desde luego, cada uno de estos puntos tiene altas concentraciones olorosas, por lo que se hace muy difícil para cualquier tiburón decidir a cuál de ellos dirigirse. Sorprendentemente, la elección se realiza no a partir del olor más fuerte, sino por una cuestión de tiempo. El primer aroma detectado será hacia donde se dirija el animal.
Como mismo sucede con el oído humano, que se reciben dos informaciones y se compara en el cerebro, los tiburones detectan olores por cada una de las fosas nasales y luego las integran para tomar una decisión, pero la señal primera tiene preferencia.
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El olfato de los tiburones martillo
¿Qué sucede con los tiburones martillo? En ellos funciona el mismo aparato olfativo, pero como tienen ese hocico tan ancho con una distancia entre sus fosas nasales, la integración de señales de ambos lados es mucho más lenta, lo que le permite al cerebro una mayor discriminación de la información para decidir hacia dónde dirigirse, cuáles estrategias seguirá y qué ángulo es el más adecuado en el movimiento. Resultado: son más veloces que sus parientes de nariz estrecha.
Una vez más confirmamos lo poderosa que es la evolución natural. Un cambio en la forma del hocico de un tiburón aseguró una mayor velocidad para la alimentación y esta caracterísitica se fijó en la descendencia. La nariz ancha de los tiburones martillo resultó un excelente recurso adaptaivo después de todo.
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