¿Por qué los terroristas siguen atacando Francia?

Ayer mientras los franceses celebraban su fiesta nacional en las calles, un atentado terrorista volvió a teñir de sangre al país, más específicamente a la ciudad de Niza y no es el primero que ocurre en poco tiempo.

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¿ Por qué Francia es un blanco tan apetecido por los terroristas? Existen varias razones que hacen del país galo un objetivo muy preciado, desde sus costumbres y valores a la intrincada mezcla y fuerte racismo que se da sobre todo con los inmigrantes que arribaron en las últimas décadas.

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¿Por qué los terroristas atacan Francia?

Cuando pensamos en Francia se nos viene a la cabeza la Torre Eiffel, museos, sofisticación, paisajes y costumbres que celebran la cultura occidental, un país bastante liberal en costumbres, pero que esconde un intrincado sistema social donde la separación racial y el odio entre facciones es cada vez mayor.

El París que conocemos los turistas es muy diferente a la realidad de la capital francesa, donde inmigrantes, especialmente de países musulmanes, viven en condiciones que más se parecen a las del tercer mundo. Asimismo, el gobierno galo participa del combate militar contra el Daesh, autodenominado « ISIS».

Tanto en París como en otras ciudades existen barrios que son más bien guetos donde conviven personas que inmigraron desde países en guerra, muchos de los cuales profesan la religión musulmana (que nada tiene que ver con el terrorismo) y pese a esfuerzos jamás lograron una integración real.

Sus hijos, ya nacidos en Francia, deben convivir con una discriminación que aumenta día a día gracias a las medidas de los gobiernos, son franceses de nacimiento, pero no se sienten así, tampoco abrazan la cultura de la que escaparon sus padres.

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Aislación y radicalización: la mejor forma de reclutar terroristas

Imagen Getty Images

La situaciones que viven los jóvenes musulmanes en Francia es crítica, no vienen de familias que practiquen un Islam extremo, pero por su falta de sentido de pertenencia y su necesidad de sentir que son parte de algo, son presa fácil para el lavado de cerebros de las asociaciones terroristas.

Países como Francia y Bélgica, justamente los más golpeados por las últimas olas de ataques terroristas, son el principal mercado para que los yihadistas recluten voluntarios que se unen a su causa, algunos viajan a territorios controlados por el mal llamado « ISIS» y otros reciben entrenamiento en terreno, incluso por Internet.

Estos jóvenes que encuentran en este islamismo extremo y muy separado de la real religión musulmana, un propósito por el que están dispuestas a dar la vida, no por nada los atentados son suicidas ya que creen que al morir como mártires recibirán un premio.

Odio racial, xenofobia, aislamiento y valores que se contradicen con todo lo que el Daesh dice combatir, una receta perfecta que la ha valido a Francia el ser víctima de atentados como los ocurridos el año pasado y ayer, en el que murieron más de 80 personas.