¿Por qué el hierro se pone rojo al calentarlo?

Seguramente todos tengamos en nuestra mente una imagen de un hierro caliente, y el primer color que aparezca en el sea el rojo. Pero, ¿por qué el rojo y no otro color?

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El hierro se calienta a una gran temperatura para poder moldearlo a la forma deseada. Esta energía que se le aplica hace que los átomos del metal comiencen a moverse a mayor velocidad y vibren de manera muy acelerada.

Cuando la forja ya comienza a sobrepasar los limites de la energía que puede ser admitida, el resto de la energía empieza a perderse en forma de radiación lumínica, en un principio mostrando un color rojizo.

Siempre pensamos que el rojo es el único color, pero no es así. La luz roja tiene una longitud de onda larga, y esto se corresponde con una energía baja, entonces este es el primer color adquirido por el hierro caliente.

Si la temperatura se sigue elevando el hierro comenzará a despedir emisiones lumínicas con frecuencias más altas, y por ende de longitudes de onda más cortas. Entonces podremos ver como el hierro va tomando primero un color rojo, luego amarillo y finalmente un blanco destellante.

El color perfecto para la fundición y amoldamiento de el hierro es el anaranjado llegando a blanco. Ser capaz de distinguir las diferentes tonalidades hace que los trabajos sean de mejor calidad, por eso en función de esto los herreros siempre trabajan en lugares de baja iluminación.