Por primera vez se confirma vínculo entre el círculo de Donald Trump y Rusia durante la campaña presidencial

La carencia de evidencias concretas o determinantes han convertido al tema de la interferencia rusa en las elecciones estadounidenses en un asunto de “su palabra contra la mía”, siendo una versión la de algunas filtraciones, reportes de prensa, análisis de inteligencia de organismos oficiales estadounidenses y hasta opiniones de exdirectores del FBI, que aseguran que sí la hubo, y, la otra, la palabra de Donald Trump y su círculo oficial, que aseguran que no.

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Cada uno elige cuál creer.

El fin de semana tuvo lugar en Hamburgo el G20, evento que Donald Trump no solamente visitó sino que además, al igual que ese conocido que todos tenemos que se va de viaje un fin de semana y narra todas sus peripecias en las redes sociales, comentó a través de Twitter, haciendo referencia a diferentes momentos y situaciones, incluyendo, obviamente, su esperadísima reunión con Vladimir Putin.

Un tweet fue todo lo que le llevó a Donald Trump volver a negar versiones de que Rusia intervino en las elecciones para favorecer su victoria y perjudicar a Hillary Clinton:

“Presioné fuertemente al presidente Putin sobre la interferencia rusa en nuestra elección . El lo negó de forma vehemente. Yo ya he dado mi opinión al respecto...”

Esto escribió Trump el domingo, pero un día antes, el New York Times publicaba una noticia exclusiva que arroja nueva evidencia sobre la posible intervención rusa.

Una misteriosa reunión

Imagen Getty Images

Según el reporte, miembros cercanos al equipo de campaña de Donald Trump se reunieron en la Trump Tower, dos semanas después de que éste fuera definido como el candidato republicano, con una abogada rusa vinculada al Kremlin.

En dicha reunión estuvieron presentes Paul Manafort, en ese momento jefe de campaña de Donald Trump, el hijo del candidato, Donald Trump Jr., y su yerno, Jared Kushner, quien luego fue nombrado asesor en la Casa Blanca.

La información surge de un registro oficial que fue revelado al periódico New York Times y que hasta hace pocos días no había sido divulgado entre funcionarios del gobierno, manteniéndose confidencial. Esta sería la primera confirmación de un vínculo concreto entre el círculo cercano de Donald Trump y Rusia.

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Consultados por el periódico, representantes de Donald Trump Jr. y de Jared Kushner confirmaron este encuentro.

Más tarde, el propio Donald Trump Jr. lanzó un comunicado confirmando su participación en la reunión, aunque aseguró que los temas que se discutieron nada tuvieron que ver con la campaña electoral.

Una abogada cercana al gobierno de Putin

Imagen Getty Images

La mujer rusa que se reunió con ellos es Natalia Veselnitskaya, una abogada que se ha destacado principalmente por su campaña en contra de una ley aprobada por la administración de Barack Obama, destinada a denunciar y castigar abusos a los derechos humanos en Rusia. La ley, conocida como el Acta Magnitsky, fue nombrada en honor Sergei L. Magnitsky, un abogado y auditor ruso que expuso graves casos de corrupción en el gobierno de Putin y, más tarde, en 2009, murió en misteriosas circunstancias en una prisión rusa, desatando toda clase de especulaciones y quejas.

La aprobación de esta ley enojó a Putin, que como represalia impuso una restricción que impide a ciudadanos estadounidenses adoptar niños rusos.

Según la versión que dio Donald Trump Jr., la reunión con Veselnitskaya consistió esencialmente en discutir un potencial nuevo programa de adopción de niños por parte de familias estadounidenses.

Sin embargo, en una continuación de la revelación inicial, el New York Times aseguró después que Donald Trump Jr. aceptó asistir a esta reunión bajo la promesa de que, en ella, recibiría información comprometedora sobre Hillary Clinton para perjudicar sus chances en la elección.

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Esto sugiere que el círculo de Donald Trump estaba dispuesto a recibir ayuda de Rusia a cambio de beneficios electorales.

Ante esta nueva versión de los hechos, Donald Trump Jr. lanzó un nuevo comunicado con detalles de la reunión que no había revelado inicialmente.

En él reconoce que la abogada rusa prometió información vinculada al financiamiento del Comité Demócrata Nacional y dudosos vínculos de éste con Rusia, pero que inmediatamente se hizo evidente que su información carecía de sustento, que sus declaraciones eran vagas y ambiguas, y que en realidad había utilizado esta promesa de información como una excusa para discutir lo que realmente le interesaba, que era el programa de adopción y el Acta Magnitsky.

Independientemente de lo discutido en la reunión, analistas han visto como una señal preocupante, y una evidencia adicional sobre la posible interferencia rusa, el hecho de que miembros importantes del equipo de campaña de Trump hayan tenido una reunión privada, y previamente no reportada, con una persona directamente vinculada al gobierno ruso.

De todas maneras, por el momento parece muy lejana la posibilidad de una acción concreta que pueda hacer responsables a cualquiera de los dos gobiernos, y aunque todo luce sospechoso, el terreno en el que todo esto puede tener consecuencias no es otro que el de la opinión pública.

Un terreno en el que Donald Trump y Vladimir Putin parecen inmunes.