Mansplaining: Qué es y por qué hace más daño al hombre que a la mujer

Desde un punto de vista sociológico es fascinante que los hombres, en general, se sientan amenazados por el feminismo y lo disculpen diciendo que es una especie de guerra contra ellos, o que el feminismo es igual a odiar a los hombres.

Esto probablemente se deba a que el sexismo, o machismo, es exactamente los hombres despreciando a las mujeres. Pero en todos los casos, y bajo cualquier otro punto de vista es errado pensar que el feminismo no es otra cosa que una incansable (y aparentemente interminable) lucha por la igualdad.

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Les estamos fallando a los hombres, como sociedad, cuando viven tan inseguros como para sentirse amenazados hasta el punto en que necesitan sodas, jabones, pasta de dientes y hasta chocolates " para hombres".

El mansplaining es una muestra más de esta inseguridad crónica. A lo mejor es un término con el que no todos estamos familiarizados, así que intentaremos explicarlo rápidamente: Es, básicamente, la manía que tienen los hombres de corregir cada palabra que sale de la boca de una mujer.

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Sin importar lo calificada que esté esa mujer, o lo poco calificado que este ese hombre. Siempre ha existido, no se crean que se trata de una nueva tendencia. Lo que pasa es que ahora con las redes sociales se hace más evidente, y ridículo. Especialmente cuando se les ocurre ir públicamente tras expertas. Expertas como atletas olímpicas o astronautas.

Seguramente el caso que más pueden encontrar en internet es el de la astronauta de la NASA, Jessica Meir:

Verán Jessica es una fisióloga comparativa, además de ser astronauta, y tiene un PhD en biología marina. También da clases en la Escuela de Medicina de Harvard. Y recientemente se aventuró a unos 63 mil pies de elevación por primera vez.

Meir decidió compartir la experiencia en Twitter, donde contó cómo a esa altura el agua combustiona espontáneamente. Esto es fascinante, a menos que seas Bart Simpson.

O el usuario de la red social Casey O'Quin, quien sintió una baja de testosterona y se vio en la necesidad de explicarle a una astronauta de la NASA, con doctorado, como funciona la termodinámica. Hey, cuidado que Casey fue al campamento espacial.

Desafortunadamente O'Quin borró su cuenta, pero lo mágico de internet es que aunque tú crees que borraste la evidencia, siempre hay una manera de recuperarla. Esto es como CSI Cyber, pero con gente viendo.

Pero, claro que este no es el único caso. Hay tantos. Como el de la ciclista olímpica Annemiek van Vleuten, de Holanda, quien sufrió una terrible caída durante su participación en los Juegos de Río. Annemiek compartió en Twitter que estaba decepcionada pero se recuperaba favorablemente.

La respuesta lógica es desearle una pronta recuperación, animarla, o incluso ignorarla. Pero siempre hay un acomplejado:

Martin Betancourt, quien también ha desaparecido de Twitter, qué cosa, decidió que era momento de explicarle a una ciclista olímpica cómo andar en bicicleta. 

Luego está la genial Katie Mack, o como dice su biografía en Twitter: Dr. Katherine J Mack, que deberías seguir aunque no te interese mucho eso del espacio, o la ciencia, porque es inteligente y divertida.

En fin, un día Katie tuiteó sobre su preocupación por el daño climático que estamos causando al planeta:

El pobre Gary quiso más, y le dijo que debía pedir que le regresaran el dinero (del doctorado) porque fallaron en explicarle la ciencia más básica. Katie le explicó que su PhD lo financiaron la Universidad de Princeton y una beca de la National Science Foundation Grad Research.

Voy a aprovechar para hacer un paréntesis aquí, porque seguro hay muchos hombres que no se identifican con los sexistas. Los que se encuentran en ese " no todos los hombres". Y es cierto, no todos los hombres son conscientemente sexistas, muchos quieren ser mejores. El problema es que sí todos los hombres, porque estamos en una sociedad profundamente sexista.

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Sé que es complicado, porque es como el racismo que todos los blancos tenemos tatuado en el subconsciente. Porque la sociedad funciona en torno a eso desde un nivel institucional. Es algo de lo que no estamos orgullosos y que diariamente debemos luchar con nosotros mismos para mejorarlo. Pero la realidad es que mientras la sociedad tenga esas bases, va a ser así.

Les pongo como ejemplo, ya que hablamos de esto, uno de los chicos que respondió en apoyo a Katie. Él le dijo que era genial y divertido lo que estaba demostrando con sus respuestas, pero que no debería prestarle atención a los trolls. Casi inmediatamente él mismo le preguntó si el comentario le había parecido parte del mansplaining que intentaba criticar, o un consejo amistoso.

Ella le explicó que cualquier intento de explicarle a una mujer cómo hacer las cosas, sin que se solicitara el consejo, es condescendiente. Él se disculpó y todo fue lindo. ¿Ven? Este chico es uno de esos "no todos los hombres" y sin embargo, sin ninguna premeditación y con la mejor de las intenciones, formó parte de la tendencia. Porque así está formada la sociedad.

Si todavía no les queda del todo claro cómo es esto del mansplaining, tal vez este ejemplo sirva:

¯\_(ツ)_/¯

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