Luego del impeachment, enfrentamientos con la policía y disturbios en las calles de Brasil

Al coro de “¡Dilma!, ¡Dilma!, ¡Dilma!”, decenas de manifestantes encapuchados rodean una camioneta de la policía civil paulista y empiezan a romper las ventanas de vehículos con piedras y patadas. Dilma Rousseff acaba de ser apartada definitivamente de su cargo.  

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Los disturbios comenzaron anoche en el centro de San Pablo, donde policías civiles y militarizados tuvieron que hacer frente con bombas de estruendo y gases lacrimógenos a los manifestantes que provocaron destrucciones en la vía pública. Escenas similares se registraron en las principales ciudades brasileñas, con un total de cuatro detenidos.

También arrojaron piedras contra la sede del diario Folha de San Pablo e intentaron entrar a la redacción por la fuerza. En la entrada del edificio escribieron la palabra “golpista”.  

En Porto Alegre, un grupo de manifestantes locales atacaron la sede del Partido del Movimiento Democrático de Brasil (PMDB), al que pertenece Michel Temer, quien completará el mandato de la ex presidenta hasta 2018.  

En el momento de caos, el actual presidente constitucional dijo que “esta es una etapa de esperanza, de reconstruir la confianza en Brasil. Es hora de unificar al país”.

"Golpe de Estado"

Durante la sesión, Dilma Rousseff se defendió de las acusaciones de algunos miembros de la Cámara Alta, diciendo que no rompió ninguna ley, e insistió que la destitución constituye un “golpe de Estado”.

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El impeachment se concretó el 31 de agosto a la tarde, cuando 61 de 81 senadores decidieron que Rousseff debía ser apartada definitivamente del cargo. Se la acusa de maquillar las cuentas públicas, aunque el descontento general empezó hace más de un año, con el estallido del escándalo del Petrolão (el cual no la salpicó, aunque sí a varios de su partido) y con el agresivo ajuste fiscal apenas comenzado su segundo mandato. 

Aún queda por definir si la ex presidente podrá volver a ocupar un cargo público en el mediano plazo. Pero eso implicará una sesión aparte en el Parlamento. Lo mismo podrá ocurrir con su mentor y predecesor, Luis Inacio Lula Da Silva, en caso de que se confirme su participación en el escándalo de los sobornos en Petrobras. El ex presidente (2003-2011) se perfilaba para ser el sucesor de Dilma. 

Michel Temer asumió el 31 de agosto como el nuevo presidente constitucional de Brasil. 

Ahora empieza un nuevo gobierno, con Michel Temer a la cabeza, que deberá hacer frente a un sexto semestre consecutivo de recesión: ayer se confirmó que la economía brasileña se contrajo otro 0,6% en los último tres meses.

La destitución de Dilma Rousseff no es el fin de los problemas para Brasil.

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