El Menelao más conocido es más mito que realidad, el rey espartano que habría estado casado con Helena, la reina que se fugó con el troyano Paris. Que se sepa, a este Menelao de Alejandría, sabio de carne y hueso, ningún príncipe donjuán le raptó la esposa, aunque es seguro que hizo valiosas contribuciones en matemáticas y astronomía.
Los increíblemente clarividentes sabios de la antigüedad: Menelao de Alejandría

Primero en hablar de triángulos esféricos

Hasta aproximadamente el primer siglo de la era común, solo se habló de geometría plana, también llamada euclidiana, es decir, aquella que estudia los elementos que tienen sus puntos y componentes (rectas, ángulos, circunferencias, diámetros, etc) contenidos en un mismo plano. Menelao de Alejandría fue un pionero de la geometría esférica, al ser el primero en definir un triángulo sobre una esfera, por lo que puede ser considerado el padre de las líneas geodésicas.
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Quince siglos en espera
Menelao de Alejandría vivió aproximadamente entre los años 70 y 140 d. e. c. Los primeros grandes matemáticos fueron árabes o hindúes y Alejandría fue la gran encrucijada, geográfica y de sabiduría, entre Oriente y Occidente. Por ello, no es extraño que la única obra de Menelao en sobrevivir fuera una copia en árabe de Sphaerica, su tratado de geometría esférica. Más sorprendente es el hecho de que hubiera que esperar hasta el siglo XVI para que alguien la tradujera a una lengua occidental. El traductor fue el monje benedictino, astrónomo y matemático italiano Francesco Maurolico (1494 – 1575). Maurolico es considerado precursor del método de inducción matemática y uno de los primeros desarrolladores de la cartografía náutica. Los barcos cristianos que partían hacia la Batalla de Lepanto necesitaban buenas cartas de navegación y Maurolico las proporcionó.
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Contribuciones astronómicas
En el año 98 e. c., encontrándose en Roma, Menelao de Alejandría hizo dos apuntes astronómicos referidos a las ocultaciones por la Luna de las estrellas Espiga, la más brillante de la constelación de Virgo, y El Alacrán, un astro de la constelación de Escorpio. Estas observaciones ayudaron al célebre astrónomo de la antigüedad, Claudio Ptolomeo, a confirmar la precisión de los equinoccios, fenómeno que había sido descubierto por Hiparco más de dos siglos antes.
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El teorema de Menelao

Casi todos los matemáticos de élite de la antigüedad tienen al menos un teorema que formularon y resolvieron. Menelao también tiene el suyo, referido a las correlaciones entre los segmentos que se generan cuando un triángulo es cortado por una recta transversal.
¡Todos, aportes a la ciencia de un hombre que vivió hace casi dos mil años!
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