Unas enormes tormentas solares ocurridas hacen más de mil años, conocidas gracias al hielo y a los troncos de los árboles ¿Sorprendente? Sigue leyendo.
Los enigmáticos acontecimientos cósmicos ocurridos en los siglos VIII y X, revelados por los árboles y los testigos de hielo

Unos siglos con muy poca ciencia

En los tres siglos transcurridos entre los años 700 y 1000 ocurrieron muchas cosas. Sin embargo, en pleno oscurantismo de la Edad Media, no son demasiados los hechos relacionados con la ciencia que se pueden apuntar. En el siglo VIII, los musulmanes invadieron la península Ibérica y llevaron consigo la sabiduría del mundo oriental e islámico, que en ese tiempo superaba al occidental en varios campos, como las matemáticas y la astronomía.
Durante el siglo IX, se construyó la Casa de la Sabiduría en Bagdad y Abbás Ibn Firnás inventó el paracaídas, precisamente en Córdoba, la ciudad española que llegó a ser la más importante del Islam en Occidente. En el siglo X se inventaron las armas de fuego ligeras. También, en el transcurso de esos tres siglos, se habrían abatido sobre la Tierra dos pavorosas tormentas geomagnéticas que afortunadamente no han vuelto a repetirse. Sí en ese tiempo hubieran existido satélites, sistemas de telecomunicaciones y electricidad, se cree que todo el planeta habría quedado en silencio y a oscuras.
El hielo puede hablar

El hielo que va acumulándose en las regiones polares a lo largo de los años, siglos y milenios y las burbujas de aire que arrastra, se llevan información de lo ocurrido en la superficie terrestre en el momento en que todavía estaban expuestos.
El análisis de esas muestras, obtenidas mediante perforación, llamadas testigos de hielo, ha permitido saber cosas que ocurrieron hace millones de años. Es como si pudiéramos viajar en una máquina del tiempo a través del hielo. De este modo puede saberse, por ejemplo, cómo ha cambiado la composición del aire en el transcurso de cientos de miles de años, así como conocer la presencia de elementos extraños en el planeta, de posible origen extraterrestre, en un momento del tiempo.
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Los troncos de los árboles también son muy locuaces

Los troncos de los árboles van acumulando anillos con el paso de las estaciones. Así puede saberse, por ejemplo, cuántos años vivió un cedro o cualquier otra especie arbórea bien conservada. Decimos cedro porque es uno de los árboles más longevos, pudiendo superar los dos mil años de existencia. Y también porque fue precisamente el análisis de dos cedros centenarios lo que puso a la ciencia en la pista de los singulares acontecimientos estelares que habrían ocurrido en los siglos VIII y X.
En 2012, un equipo de investigadores de la Universidad de Nagoya, Japón, encontró algo inusual en los anillos de dos cedros correspondientes a los años 774 y 775. Los anillos de esos años contenían un 1,2 % más de Carbono 14 radiactivo, una enormidad para la que no parecía haber explicación alguna. Después, se estableció una concentración parecida para los años 993-994.
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El Berilio 10 y el Cloro 36 no son menos habladores

Con posterioridad al hallazgo de los japoneses, geólogos de la Facultada de Ciencias de Universidad de Lund, Suecia, encontraron en los testigos de hielo correspondientes a los mismos periodos, unas sorprendentes concentraciones asociadas. Encontraron Berilio 10, cosa nada extraña, junto con Cloro 36. Del mismo modo que el Carbono 14 sirve para fechar la antigüedad de materiales orgánicos, el Berilio 10 permite hacerlo con los inorgánicos.
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Lo sorprendente es que la edad de la muestra de hielo, datada con el Berilio 10 coincidía con la de los anillos de los árboles con la inusual concentración de Carbono 14 radiactivo. Ello, sumado a la presencia de Cloro 36 en la misma muestra de hielo, un isótopo del cloro que solo se produce por interacción con los protones de los rayos cósmicos, ha permitido esta fascinante «atadura de cabos» para establecer que en los años 774/775 y 993/994 se produjeron estas colosales tormentas solares que serían devastadoras para nuestro modo de vida si llegaran a repetirse.
¿Te lo imaginabas?
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