Donald Trump dejó sin efecto una ley creada por Barack Obama en la que se prohibía importar a EE. UU. partes de los elefantes cazados en África.
Los elefantes del mundo nos piden que venzamos nuestros deseos vacíos

Según The Telegraph, Trump argumentó que esta medida «puede impulsar los esfuerzos de conservación». ¿Por qué? Porque según el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos «los programas de caza de elefantes africanos pueden mejorar la supervivencia de la especie en la naturaleza».
El legado de Obama
En 2014, el expresidente de Estados Unidos, decidió crear una ley para combatir el tráfico de especies salvajes. Esta decisión se enmarcó en un esfuerzo internacional por frenar la matanza de elefantes, una especie en peligro, por el mero hecho del comercio de marfil.
Pero Donald Trump dejó sin efecto esta ley. No obstante, la posición del presidente de Estados Unidos no es ajena a la de muchas otras personas y organizaciones. Ya se ha discutido si la caza de elefantes africanos puede ayudar a salvar esa especie.
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza explicó que la caza bien administrada «puede proporcionar ingresos e incentivos para que las personas conserven y restablezcan las poblaciones silvestres, mantengan áreas de tierra para la conservación y, además, protejan a la vida salvaje de la caza ilegal». No obstante, según National Geographic: «Matar más elefantes para ayudar a salvar a la especie es una estrategia contraintutitiva para preservarlos».
La situación actual de los elefantes

Desde 1972, la población de elefantes de Zambia se ha reducido desde 200 mil a 21 mil. Sin embargo, a nivel mundial se ha concientizado sobre la caza de elefantes y el uso del marfil. Según explicó The Guardian, en este 2017 la caza de estos animales disminuyó por quinto año consecutivo.
Por su parte, WWF explicó que el «declive de los elefantes africanos» se debe por un lado a la demanda de marfil y, por el otro, al uso que se les da a las tierras africanas. Pero la primera es la causa más grande y preocupante a la hora de hablar de esta especie que, si bien no está en extinción, atraviesa momentos cruciales.
Un cambio cultural
Si bien varios países han prohibido la venta de marfil, el comercio sigue siendo abundante e innecesario. El deseo por el lujo y por poseer marfil —es decir, un deseo vacío y que, además, no es indispensable, por no decir innecesario, para nuestra vida— está provocando que 55 elefantes mueran por día.
¿Qué es más importante? ¿Ese deseo superfluo o la preservación de una especie?






