Los dibujos de niños refugiados brindan esperanza a las comunidades necesitadas

Zaid Souqi cambió de trabajo varias veces, aburrido de la rutina y en busca de un propósito para su vida, finalmente pudo combinar su amor por el arte con sus ganas de aportar algo al mundo.

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Souqi creó y financió una incubadora en Jordania a la que llamó The Orenda Tribe. A través del arte de los más pequeños, la iniciativa brinda esperanza a los más necesitados.

Empoderando a los niños a través del arte

La empresa se dedica a vender productos de calidad, como tazas y bolsas, pero sobre todo remeras, con estampados de dibujos de niños que viven en campos de refugiados o en comunidades necesitadas.

Parte de la ganancia de la venta de esos productos, es dedicada a financiar proyectos relacionados con el arte en esas comunidades como talleres o arteterapia. Las remeras se pueden comprar online desde cualquier parte del mundo y la marca también se vende en diferentes tiendas de ciudades árabes como Amman, Dubai, Abu Dhabi y Khobar.

https://vimeo.com/209175759

Con esta iniciativa, la empresa ha logrado trabajar con escuelas poco privilegiadas, huérfanos de SOS en Amman, refugiados en el campo de Gaza, y el campo de refugiados Zaatari en Jordania, que alberga a alrededor de 80 mil sirios, de los cuales el 20 % tienen menos de 5 años.

Souqi busca concientizar sobre la importancia del arte y cómo puede ayudar a desarrollar ciertas habilidades en los niños como la responsabilidad, la comunicación, la confianza, la creatividad, la capacidad de resolver problemas, cómo colaborar con los demás, entre otras. En muchas de estas comunidades con dificultades, el arte es descuidado y poco valorado en la formación.

Amigables con el medio ambiente

Además de su gran trabajo con los niños y las comunidades que los rodean, la marca también contribuye con el medio ambiente. Los productos están hechos de materiales reciclados, las camisetas son de algodón orgánico y la tinta de las impresiones es a base de agua.

La utilización del algodón orgánico garantiza la fertilidad del suelo y reduce la contaminación del agua. El algodón utilizado es importado de Alemania a Turquía, donde se fabrican e imprimen las camisetas para luego ser enviadas a Jordania.

Mediante la compra de los productos desde todas partes del mundo, la empresa ha logrado crecer y planea seguir ayudando a incentivar el arte en los niños.