Probablemente sepas que nuestro planeta está conformado por diferentes capas, cada una con características químicas y físicas que la distinguen del resto. Sabemos esto gracias a diferentes métodos de investigación indirecta, pero jamás hemos podido obtener una muestra física de lo que hay más allá de la corteza, la capa más exterior de la Tierra.
Los científicos se preparan para obtener pruebas físicas de qué materiales componen nuestro planeta

Por más de que los científicos están confiados de que las predicciones realizadas mediante estos métodos indirectos son confiables, la idea de poder explorar otras capas del planeta de primera mano es muy emocionante y el camino para llegar a este objetivo podría estar por empezar.
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La situación actual
El título de la perforación artificial más profunda hasta la fecha pertenece al pozo SG-3 realizado en los años 70 en la Península de Kola, Rusia. Esta perforación sobrepasó los 12 km de profundidad y aún hoy conserva sondas que funcionan a 8 km de profundidad.
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12 000 metros pueden parecer mucho, pero no están ni cerca de alcanzar la segunda capa de la Tierra: el manto. La corteza continental tiene en promedio unos 30 km de profundidad, por lo que habría que seguir excavando bastante más antes de llegar al manto.
La corteza oceánica, sin embargo, es bastante más fina: tiene un espesor promedio de 5 km. Lo natural, entonces, sería intentar llegar al manto desde las profundidades del océano y ya hemos estado muy cerca de hacerlo. En 2005, un grupo de científicos anunció que había llegado al sector inferior de la corteza y habrían llegado más allá si la perforación hubiese sido realizada en una zona de menor espesor.
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El futuro

El plan ahora es realizar un nuevo pozo de unos 1,5 km de profundidad en el fondo del Océano Índico. Esta sería solo la fase inicial, los científicos calculan que les llevaría unas tres misiones para, si todo sale bien, alcanzar el manto en el 2020.
Ya se han realizado otros intentos en el pasado que no fueron fructíferos, pero los expertos creen que esta vez sí lograrán alcanzar el manto. El área seleccionada para esta excavación no es cualquiera, los científicos se aseguraron de encontrar una zona en que fenómenos como la erosión hayan reducido el espesor de la corteza. Para lograr su cometido, deberán alcanzar aproximadamente a los 5,5 km de profundidad.
A medida que avancen, podrán confirmar si los modelos de corteza que manejan los geólogos son correctos. Además, pondrán a prueba la concepción actual de qué es la llamada « discontinuidad de Mohorovičić». Este fenómeno, muchas veces también denominado « moho», es una zona donde las ondas sísmicas de los terremotos cambian abruptamente de velocidad.
Hasta el momento, la versión más aceptada es que esta discontinuidad es en verdad una zona de transición entre las rocas menos densas de la corteza y las más densas del manto. Sin embargo, los científicos que lideran la expedición creen que podría tratarse de la zona hasta la cual el agua oceánica ha logrado penetrar la roca. Si lograran probarlo, sería un descubrimiento importantísimo para la geología.
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