Que la atención dedicada a los Juegos Paralímpicos es mucho menor que la de los Juegos Olímpicos tradicionales no es ninguna novedad, pero aún en una era donde dominan las expresiones de igualdad, existen realidades que ciertamente llaman la atención. En este caso, seguimos hablando de la crisis económica que llevó a la ciudad organizadora, Río de Janeiro, a reducir costos (y con ello, calidad) en los Juegos Paralímpicos que se disputarán del 7 al 18 de septiembre.
Los atletas paralímpicos creen que Río debería avergonzarse por la crisis de fondos

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Uno de los atletas que puso de manifiesto su disconformidad fue el corredor británico y medallista dorado de Londres, Jonnie Peacock, para quien la organización "debería estar avergonzada" tras reconocer que parte de los fondos destinados a los Paralímpicos se gastaron en los Juegos de Verano tradicionales.
Durante todo el mes, la ciudad brasileña estuvo en el ojo del mundo por motivos de seguridad (desde crímenes hasta contaminación) y ahora tampoco escapa a las críticas, que no solo llegan desde periodistas, allegados o las siempre presentes redes sociales, sino desde los propios atletas que se ganaron el derecho a participar.
Reglas diferentes

Para el propio Peacock, además resulta ilógico que todo esto esté a cargo del Comité Paralímpico Internacional, fundado en 1989, y no la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (IAFF, en inglés), cosa que evidencia una dualidad de criterios para los atletas con discapacidades. Esto, no hace más que recalcar que "existen reglas diferentes para unos y otros", en propias palabras del deportista, que citó como ejemplo la imposibilidad de trener sponsors en la equipación de los atletas paralímpicos, en claro perjuicio económico sobre sus pares.
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Otros atletas también han criticado estos sucesos, incluso viniendo desde el propio Brasil, aunque claro está, siendo menos duros que los extranjeros. A pesar de todo, nadie pone en duda que los deportistas darán todo de sí para alcanzar un sueño, con un esfuerzo que vale el doble en un evento tan criticado desde el vamos. Uno de los hechos más significativos hasta ahora ha sido la clausura y desmantelamiento del Estadio Deodoro como sede, a lo que se suman los cierres de otros centros de prensa y eventos, reducción de la fuerza de trabajo avocada al evento, y cambios en la logística de estos Juegos Paralímpicos que van desde modificaciones en el alojamiento hasta nuevas rutas hacia la villa olímpica o los lugares de competición.






