Poco a poco, los autos eléctricos van superando las desventajas con relación al coche a gasolina. Una batería experimental de gran autonomía y menor peso es el paso más reciente.
LiOH, las increíbles baterías de oxígeno y litio que alimentarían miles de coches eléctricos

El derecho a continuar circulando

No compramos gasolina, sino el derecho a continuar circulando. Uno de los objetivos del automovilismo ha sido reducir la frecuencia de las fastidiosas paradas en las gasolineras, y su sueño eliminarlas por completo con un nuevo método para mover los coches.
El planeta también lo agradecería, ya que se le daría un rudo golpe al uso de combustibles fósiles, principal causa del calentamiento global de la Tierra. Un paso prometedor en esta dirección lo acaba de dar un equipo de investigaciones de la Universidad de Cambridge, con el desarrollo de un prototipo de batería de aire-litio que permitiría aumentar la autonomía de los coches eléctricos.
El auto eléctrico perdió la primera carrera

Estamos tan acostumbrados a los coches a gasolina, que tendemos a olvidar lo viejos que son los autos eléctricos. Durante el siglo XIX, antes del invento de los coches a gasolina, se desarrollaron prototipos de vehículos eléctricos de dos y tres ruedas.
El auto eléctrico perdió la carrera inicial con el auto con un motor de combustión interna por varias razones. El motor eléctrico era más costoso, la velocidad máxima que alcanzaba el vehículo era muy baja, la batería para impulsarlo se deterioraba rápidamente y demoraba una enormidad en recargarse. Algunas de estas razones continúan vigentes, aunque el coche eléctrico sigue dando pasos en su intento por ganar terreno.
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El primer gran servicio del litio a la humanidad

En 1817, el joven mineralogista sueco Johann Arfvedson se encontraba trabajando en el laboratorio de su maestro Jons Jacob Berzelius, uno de los fundadores de química moderna, cuando encontró un extraño material en una de sus rocas. Resulto ser un nuevo elemento químico, nombrado litio.
El litio (Li) estuvo prácticamente sin uso por más de 170 años, hasta que a finales de los años 1980 se descubrió que era magnífico para almacenar energía. La industria de los teléfonos celulares estaba en expansión, pero cargaba con el karma de unas baterías que pesaban casi un kilo. Las baterías de iones de litio resultaron ser una bendición, permitiendo reducir el peso de los móviles hasta los que tienen en la actualidad.
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La nueva batería a base de litio

La mayoría de los coches eléctricos actuales son impulsados por baterías de iones de litio. El problema es que los autos circulan unos 100, 150 o 200 kilómetros y hay que pararlos por varias horas para recargar el acumulador. Hay baterías que ofrecen una mayor autonomía pero sus precios son muy altos.
La batería experimental desarrollada por los británicos tiene una capacidad de almacenamiento de energía suficiente para viajar unos 600 kilómetros, lo que pondría al coche eléctrico de tú a tú con los autos de gasolina más eficientes en cuanto a kilometraje.
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La parada en la gasolinera seguirá siendo más breve que en la estación de recarga de baterías, por ahora. Pero la naciente industria de los coches eléctricos sabe que destronar al auto de gasolina no será fácil y habrá que resolver un problema detrás de otro. Primero, el del kilometraje de rendimiento y luego otros como el costo, el peso y el tiempo de recarga.
De momento, la nueva batería no opera con el oxígeno de la atmósfera, sino que recibe una inyección de oxígeno puro para su funcionamiento. Los electrodos de la batería son de grafeno, un material fabricado a base de carbono puro, con un extraordinario futuro por su ligereza, enorme resistencia, alta elasticidad y excelentes cualidades como conductor de electricidad y calor.
Los primeros teléfonos móviles costaban varios miles de dólares y se han abaratado tanto que ya todos tenemos por lo menos uno. Quizá no esté tan lejos el momento en que podamos tener un auto eléctrico.









