Leer nos convierte en personas más inteligentes y empáticas, según la ciencia

A la hora de pensar en estar saludables y en buen estado, pensamos en hacer ejercicio y en los superalimentos que nos mantienen más inteligentes, evitan el deterioro y mejoran nuestra salud.

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Pero hay una actividad tan disfrutable como beneficiosa: la lectura. Leer requiere de paciencia y determinación, así como nos permite obtener innumerables beneficios.

Una práctica que nunca debe caducar

En una era en la que la tecnología se ha apoderado de nuestras vidas, la falta de lectura peligra el desarrollo social e intelectual de los niños.

Un estudio de 2009 realizado a 72 niños de entre 8 y 10 años, reveló que leer ayuda a crear nueva materia blanca en el cerebro que mejora la comunicación.

La materia blanca es la encargada de transportar la información entre regiones de materia gris donde la información es procesada. Leer incrementa la materia blanca pero también hace que la información se procese de forma más eficiente.

Beneficios en el desarrollo

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El lenguaje afecta regiones del cerebro relacionadas con las acciones sobre las que estamos leyendo. Por ejemplo, cuando leemos la palabra «lavanda», nuestro cerebro activa las partes relacionadas con el aroma.

También se ha demostrado que si bien la lectura en un idioma tiene grandes beneficios, la lectura en un idioma extranjero es mucho mejor, ayudando no solo a mejorar las habilidades comunicaciones sino también las regiones del cerebro relacionadas con el aprendizaje de nueva información y la navegación espacial. El aprendizaje de un nuevo lenguaje, también mejora la memoria en general.

La lectura es además una actividad que nos separa del resto animal y que nos permite impulsar la mente a nuevos aprendizajes tanto a nivel de conocimiento como emocional.

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Individuos más inteligentes

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Aunque no lo creas, la lectura nos hace más inteligentes y estudios han sido capaces de demostrar que no solo ayuda con la inteligencia fluida sino también con la inteligencia emocional y la comprensión lectora.

Pero también nos ayuda en el relacionamiento con el otro, en reconocer las intenciones de los demás y en la capacidad de demostrar empatía.

Para obtener los beneficios de la lectura, realmente debemos dedicarle tiempo y atención. Incluso un estudio de Stanford mostró una diferencia neurológica entre leer por placer y la lectura centrada (como cuando estudiamos para un examen). La sangre fluye a diferentes zonas neurales dependiendo de cómo es la lectura.

Investigaciones en ciencia cognitiva han demostrado que la lectura profunda, aquella que es lenta, compleja, rica en detalles y emocional, es una experiencia única y distinta. Como sostienen los expertos, esta lectura es totalmente diferente a la lectura que podemos hacer en la web.

Hoy en día, la lectura de las generaciones jóvenes tiende a ser, según los expertos, pragmática e instrumental. Pero es importante incentivarlos a la lectura profunda por todos los beneficios que brinda la experiencia.