Los ateos son cuestionados por no creer que estamos en este mundo por una razón o fuerza mayor. Mientras que los religiosos sostienen que la fé en su religión les permite ver el mundo de otra manera.
¿Las personas religiosas son más egocéntricas que las ateas?

Los científicos evolutivos y de comportamiento han estudiado el impacto de la religión en las personas y en la sociedad en general.
Comportamiento y religión

Un estudio publicado en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences, liderado por el profesor en ciencia del comportamiento Nicholas Epley, de la Universidad de Chicago, sostiene que las personas religiosas tienden a usar sus propias creencias como guía para pensar en «lo que Dios cree», pero son menos limitadas cuando razonan sobre las creencias de otras personas.
La investigación, que incluyó una serie de encuestas y estudios de neuroimagen, buscó examinar hasta qué punto las propias creencias de las personas guían sus predicciones sobre las creencias de Dios.
Los hallazgos de Epley y sus colegas extendieron su trabajo a la psicología revelando que las personas suelen ser egocéntricas a la hora de entender las creencias de otras personas.
El estudio incluye los resultados de siete estudios separados, los primeros cuatro incluyen encuestas a viajeros de tren en Boston, estudiantes no graduados y una base de datos representativa de los Estados Unidos.

Otros dos estudios manipularon directamente las creencias de las personas y encontraron que las inferencias sobre las creencias de Dios rastreaban sus propias creencias. A los participantes del estudio se les pidió, por ejemplo, que escribieran y pronunciaran un discurso que apoyara o se opusiera a la pena de muerte frente a una cámara de vídeo. Sus creencias fueron examinadas antes y después del discurso.
El estudio final involucró una resonancia magnética funcional para medir la actividad neuronal de los participantes mientras razonaban sobre sus propias creencias, las creencias de Dios y las de otra persona. La información recabada demostró que razonar sobre las creencias de Dios activaba las mismas regiones del cerebro que se activaban cuando las personas razonaban sobre sus propias creencias.
Los investigadores observaron que la gente a menudo establece su brújula moral de acuerdo a lo que ellos creen que son los estándares de Dios. Pero los investigadores sostienen que la característica central de una brújula es que apunta hacia el norte no importa en qué dirección se enfrenta una persona.
La investigación sugiere que, a diferencia de una brújula real, las inferencias sobre las creencias de Dios pueden en cambio apuntar la gente más hacia cualquier otra dirección.
Egoísmo, ateísmo y religión

El reconocido científico Richard Dawkins, respaldado por una serie de estudios, sostiene que cuando los humanos nos enfrentamos a dilemas morales, tanto ateos como religiosos respondemos de la misma manera.
Pero para Robert Wright, cada organismo cree que es especial y su supervivencia depende de esa creencia. El autor sostiene que los humanos pueden ser los únicos animales capaces de soñar, escribir y decretar una ética elaborada basada en la imaginación moral. Y sin embargo, la biología triunfa y en tiempos de peligro nuestros mecanismos de supervivencia entran en juego.

Para el autor esto sucede en el pensamiento con la misma rapidez que la acción, creemos que somos la especie elegida, la raza elegida, la religión elegida, el individuo elegido.
En este método de autorecompensa y autofelicitación es que se da, según Wright, el profundamente egoísta fenómeno de la religión. Y Christopher Hitchens, autor de God is Not Great, lo avala diciendo que la religión enseña a las personas a ser extremadamente egocéntricas y presuntuosas.
La religión les asegura que Dios se preocupa por ellos individualmente y afirma que el cosmos fue creado con ellos específicamente en mente.
Para los científicos, esa noción es una verdadera tragedia, dado que los problemas sociales que hoy enfrentamos, como el cambio climático y la pobreza, son más importantes que la aptitud individual.
¿La religión puede ser inclusiva?

Hasta ahora la biología dice que no. Asimismo, en algunos aspectos, la capacidad de conformar la realidad imaginando intenciones futuras es un poderoso quiebre evolutivo. Y ha permitido construir ciudades, naciones y maquinaria más allá de los límites de nuestro planeta.
Para la ciencia, el egoísmo nos divide, pero también nos restringe. Muchos grandes logros como vacunas, refugios o sistemas complejos de alimentos implicaron pensar más allá de nuestro entorno y es importante tenerlo en cuenta y salir de uno mismo para alcanzar más de esos grandes logros.









